1

SANTOS: Aarón de Israel, sacerdote. Beatos: Tulio Maruzzo, Sacerdote de los Frailes Menores y Luis Obdulio Arroyo, terciario franciscano, mártires.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Ezequiel 36, 26-28)

Dice el Señor: Arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, les infundiré mi espíritu. Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Inflama, Señor, nuestros corazones con el Espíritu de tu amor, para que podamos pensar siempre lo que es digno y agradable a tus ojos y amarte sinceramente en los hermanos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

El Señor hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra.

Del libro del Génesis 19, 15-29

Aquel día, al rayar el alba, los ángeles apresuraban a Lot diciéndole: “Vamos, toma a tu esposa y a tus dos hijas, para que no perezcas a causa de los pecados de Sodoma”.

Como Lot no se decidía, los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, los sacaron de su casa y los condujeron fuera de la ciudad, porque el Señor los perdonaba. Cuando estaban fuera, uno de los ángeles le dijo: “Ponte a salvo, no mires hacia atrás, no te detengas en el valle; ponte a salvo en los montes para que no perezcas”.

Lot le respondió: “No, te lo ruego. Tú me has favorecido a mí, tratándome con gran misericordia al salvarme la vida; pero yo no podré sobrevivir en los montes, pues la desgracia me alcanzaría ahí y moriría. Mira, aquí cerca hay una ciudad pequeña, en donde puedo refugiarme y salvar la vida. ¿Verdad que es pequeña y puedo vivir en ella?”.

El ángel le contestó: “Accedo a lo que me pides, no arrasaré esa ciudad que dices. Aprista, ponte a salvo, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá. Por eso la cuidad se llamó Soar. El sol salía cuando Lot llegó a Soar.

El Señor hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y todo el valle, con los habitantes de las ciudades y la hierba del campo. La mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en estatua de sal.

Abraham se levantó de mañana y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra toda la extensión del valle, y vio una gran humareda que salía del suelo, como el humo de un horno.

Así, cuando el Señor destruyó las ciudades del valle y arrasó las ciudades en las que Lot había vivido, se acordó de Abraham y libró a Lot de la catástrofe.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 25)
R/. Ten compasión de mí, Señor.

Examíname, Señor, ponme a prueba, sondea mis entrañas y mi corazón, porque tengo tu bondad ante mis ojos y camino en tu verdad. R/.

No me trates como a los pecadores ni me castigues como a los sanguinarios, que en sus manos llevan infamias y las tienen llenas de sobornos. R/.

Yo, en cambio, camino en la integridad; sálvame y ten compasión de mí. Mi pie se mantiene en el camino recto, en la asamblea bendeciré al Señor. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Salmo 129, 5)

R/. Aleluya, aleluya.

Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R/.

“Señor, įsálvanos, que perecemos!”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 8, 23-27

En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: “Señor, įsálvanos, que perecemos!”.

Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: “¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones, y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, concédenos que podamos extender a todos tu amor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Corintios 13, 13)

Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que infundas la gracia del Espíritu Santo en quienes has saciado con el mismo pan del cielo; y que nos reanimes abundantemente con la dulzura de la caridad perfecta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

2

SANTOS: Monegunda de Tours, eremita; Otón de Bamberg, obispo; Bernardino Realino, presbítero de la Compañía de Jesús. Beatos: Columba Kang Wan-suk y 7 compañeros, mártires; Ignacio Choe In-Cheol, catequista y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sabiduría 11, 23. 24. 26)

Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor, escucha bondadoso nuestros ruegos y perdona nuestros pecados, para que nos concedas juntamente tu perdón y tu paz.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

“No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del niño que está ahí”.

Del libro del Génesis 21, 5. 8-20

Abraham tenía cien años, cuando nació su hijo Isaac. Creció el niño y lo destetaron; ese día Abraham dio un gran banquete. Sara vio jugando con su hijo Isaac al hijo que Agar, la egipcia, le había dado a Abraham, y le dijo a éste: “Despide a esa esclava y a su hijo, pues el hijo de esa esclava no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac”.

Abraham lo sintió mucho, por tratarse de su hijo, pero Dios lo consoló, diciéndole: “No te aflijas ni por el niño ni por tu esclava. Hazle caso a Sara en lo que te dice, porque es Isaac quien continuará tu descendencia. Aunque al hijo de la esclava lo convertiré en un gran pueblo, por ser descendiente tuyo”.

Se levantó, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo puso a Agar en los hombros, le entregó al niño y la despidió. Ella se fue y anduvo errante por el desierto de Bersebá. Cuando se le acabó el agua, Agar dejó al niño bajo un matorral y fue a sentarse enfrente, a distancia como de un tiro de arco, pues decía: “No quiero ver morir al niño”.

Entonces el niño rompió a llorar y Dios oyó el llanto del niño. El ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del niño que está ahí. Levántate, toma al niño y llévalo de la mano, porque voy a convertirlo en un gran pueblo”. Entonces Dios le abrió los ojos y vio un pozo con agua. Fue, llenó el odre y le dio a beber al niño. Dios asistió al niño, que creció, vivió en el desierto y llegó a ser un gran tirador de arco.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 33)
R/. El Señor escucha el clamor de los pobres.

El Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias, Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. R/.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman; el rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta. R/.

Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor, para que puedas vivir y disfrutar la vida. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Santiago 1, 18)

R/. Aleluya, aleluya.

Por su propia voluntad el Padre nos engendró mediante la palabra de la verdad, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.

“Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 8, 28-34

En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?”.

No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. Él les respondió: “Está bien”.

Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron, Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza, para que, compadecido, perdones nuestros pecados y dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lucas 15, 10)

Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo pecador que se convierta.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios misericordioso, a quienes, por este sacrificio, hemos recibido el perdón de nuestros pecados, que con tu gracia podamos evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero corazón.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

3

SANTOS: Beatas: María Ana Mogas Fontcuberta, virgen fundadora; Bárbara Jeong Sun-mae, virgen catequista y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Salmo 117, 28. 21)

Tú eres mi Dios, y yo confiaré en ti, tú eres mi Dios, te alabaré y te daré gracias; pondré en ti mi confianza, porque tú eres mi salvador.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, alegrarnos por la festividad del apóstol santo Tomás, para que siempre nos ayude con su protección y para que, creyendo, tengamos vida en el nombre de aquel a quien él mismo reconoció como Señor, Jesucristo, tu Hijo.

Él que vive y reina contigo…

PRIMERA LECTURA

Son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 2, 19-22

Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.

Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo en el Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 116)
R/. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.

Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Juan 20, 29)

R/. Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.

“¡Señor mío y Dios mío!”

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos, acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al conmemorar la confesión de fe del apóstol santo Tomás, te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, para darte así el culto que mereces, y te pedimos humildemente que cuides en nosotros los dones que de ti hemos recibido.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Juan 20, 27)

Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, en este sacramento hemos recibido verdaderamente el Cuerpo de tu Unigénito; concédenos que lo reconozcamos por la fe como Dios y Señor nuestro, y también lo confesemos con las obras y con la vida, a ejemplo del apóstol Tomás.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

4

Oraciones de la misa: Colecta de Nuestra Señora del Refugio; las demás oraciones del Común de Santa María Virgen, página 913)

O bien: Santa Isabel de Portugal (ml), blanco (pág. 27).

SANTOS: Beatos: Cesidio Giacomantonio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir; María de la Cruz, virgen fundadora; Pedro Jorge Frassati, terciario dominico.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que has constituido a la santísima Virgen María como refugio y auxilio de los pecadores, concédenos su poderosa ayuda, para que, arrepentidos de nuestros pecados, alcancemos de tu misericordia la eterna felicidad.

Él que vive y reina contigo…

PRIMERA LECTURA

“Es mi señor”.

Del libro del Génesis 23, 1-4. 19; 24, 1-8. 62-67

Sara vivió ciento veintisiete años y murió en Quiryat-Arbá, hoy Hebrón, en el país de Canaán, v Abraham lloró e hizo duelo por ella. Cuando terminó su duelo, Abraham se levantó y dijo a los hititas: “Yo soy un simple forastero que un sepulcro en su tierra para enterrar a mi esposa. Y Abraham sepultó a Sara en la cueva del campo de Makpelá, que está frente a Mambré, es decir, Hebrón, en Canaán.

Abraham era ya muy anciano y el Señor lo había bendecido en todo. Abraham dijo al criado más viejo de su casa, que era mayordomo de todas sus posesiones: “Pon tu mano debajo de mi muslo y júrame por el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás por esposa para mi hijo a una mujer de los cananeos, con los que vivo, sino que irás a mi tierra a buscar, entre mi parentela, una mujer para mi hijo Isaac”. El criado le dijo: “Y en caso de que la mujer no quisiera venir conmigo a este país, ¿tendré que llevar a tu hijo hasta la tierra de donde saliste?”.

Respondió Abraham: “No vayas a llevar allá a mi hijo. El Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de mi casa paterna y de mi país, y que juró dar a mi descendencia esta tierra, él te enviará a su ángel para que puedas tomar de allá una mujer para mi hijo. Y si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este juramento. Pero, por ningún motivo lleves allá a mi hijo”.

[El criado fue a la tierra de Abraham y volvió con Rebeca, hija de Betuel, pariente de Abraham].

Isaac acababa de regresar del pozo de Lajay-Roí, pues vivía en las tierras del sur. Una tarde Isaac andaba paseando por el campo, y al levantar la vista, vio venir unos camellos. Cuando Rebeca lo vio, se bajó del camello y le preguntó al criado: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo hacia nosotros?”. El criado le respondió: “Es mi señor”. Entonces ella tomó su velo y se cubrió el rostro.

El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de Sara, su madre, y la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 105)
R/. Demos gracias al Señor, porque es bueno.

Demos gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas del Señor y alabarlo como él merece? R/.

Dichosos los que cumplen la ley y obran siempre conforme a la justicia. Por el amor que tienes a tu pueblo, acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos. R/.

Sálvanos, Señor, para que veamos la dicha de tus escogidos y nos alegremos y nos gloriemos junto con el pueblo que te pertenece. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mateo 11, 28)

R/. Aleluya, aleluya.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.

“Sígueme”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 9, 9-13

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.

Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”. Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lucas 11, 27)

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Santa Isabel de Portugal (ml), Blanco (M.R. PÁGINA 744 [M.R. 4ª EDICIÓN, 781])

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, autor de la paz y amante de la caridad, que otorgaste a santa Isabel de Portugal la gracia admirable de reconciliar a los enemistados, concédenos, por su intercesión, trabajar por la paz, para que podamos ser llamados hijos de Dios.

Por nuestro Señor Jesucristo…

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo, a ejemplo de santa Isabel de Portugal.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de santa Isabel de Portugal, que te honró con su incansable piedad y con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

5

SANTOS: Teresa y Rosa Chen de China, laicas mártires. Beato Joseph Boissel, presbítero de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Salmo 44, 13. 15. 16)

Todos los nobles del pueblo buscan tu favor: te Ilevan ante el Rey, con séquito de vírgenes, te siguen tus compañeras en medio de alegría y cantos.

ORACIÓN COLECTA

Perdona, Señor, los pecados de tus siervos; y, a quienes no logramos agradarte con nuestros actos, sálvanos por la intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor.

Él que vive y reina contigo…

PRIMERA LECTURA

“El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor”.

Del libro del Génesis 27, 1-5. 15.29

Isaac había envejecido y ya no veía por tener debilitados los ojos. Un día Ilamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: “Hijo mío!”. Esaú le respondió: “Aquí estoy”. Isaac le dijo: “Mira, ya soy viejo y no sé cuándo voy a morir. Así pues, toma tus flechas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y caza algo para mí. Luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para que me lo coma y te bendiga antes de morir”.

Pero Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando Esaú se fue al campo a cazar algo para su padre, Rebeca tomó la ropa más fina de Esaú, su hijo mayor, y se la puso a Jacob, su hijo menor. Luego, con la piel de unos cabritos, le cubrió a Jacob los brazos y la parte lampiña del cuello y le entregó el guisado y el pan que había preparado,

Jacob entró a donde estaba su padre y le dijo: “¡Padre!”. Isaac le respondió: “Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo?”. Jacob le dijo a su padre: “Soy tu primogénito, Esaú. Ya hice lo que me dijiste. Levántate, siéntate y come de lo que he cazado, para que me bendigas”.

Isaac le dijo: “¡Qué pronto encontraste algo para cazar, hijo!”. Respondió Jacob: “Si; es que el Señor, tu Dios, me lo puso delante”. Isaac le dijo a Jacob: “Acércate, hijo, para que te toque y vea si realmente eres o no mi hijo Esaú”. Jacob se acercó a su padre, Isaac, el cual lo palpó y dijo: “La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú”. Y no reconoció a Jacob porque sus brazos estaban velludos como los de su hermano mayor, y se dispuso Isaac a bendecirlo.

Entonces le dijo: “¿Eres tú de veras mi hijo Esaú?”. Respondió Jacob: “Si, yo soy”. Le dijo Isaac: “Acércame lo que has cazado para que coma y después te bendiga”. Jacob le acercó el guisado y el padre comió; también le trajo vino y bebió. Entonces le dijo Isaac a Jacob: “Hijo, acércate y bésame”. Él se acercó y lo besó; y al aspirar Isaac el olor de su ropa, lo bendijo, diciendo:

“El aroma de mi hijo es como el aroma de un campo, bendecido por el Señor. Que Dios te conceda la lluvia del cielo y la fertilidad de la tierra, y trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan y las naciones se postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y que se postren ante ti los hijos de tu madre. Maldito sea el que te maldiga y bendito el que te bendiga”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 134)
R/. Te alabamos, Señor, porque eres bueno.

Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor, los que están en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. R/.

Alaben al Señor, porque es bueno; alaben su nombre, porque es amable. Él escogió a Jacob, a Israel como posesión suya. R/.

Yo sé que el Señor es grande, nuestro Dios, más que todos los dioses. El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Juan 10, 27)

R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

“El vino nuevo se echa en odres nuevos”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 9, 14-17

En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?”. Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán.

Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que te ofrecemos; y haz que nuestros corazones, iluminados con la luz del Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de la bienaventurada Virgen María, puedan buscar y cumplir siempre tu voluntad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Alaben al Señor, Dios nuestro, porque en María, su sierva, ha realizado su misericordia, prometida a la casa de Israel.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido el sacramento de la salvación y de la fe, te pedimos, Señor, que, al conmemorar con devoción a la santísima Virgen María, merezcamos participar con ella del amor divino.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, crecer en el conocimiento admirable de Jesucristo, según la enseñanza del apóstol Pablo, que inspiró a san Antonio María Zacaría para proclamar en tu Iglesia la palabra de salvación.

Por nuestro Señor Jesucristo…

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Antonio María Zacaría, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Antonio María Zacaría, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

6

SANTOS: Beatas: María Teresa Ledochowska, virgen fundadora; Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús, virgen fundadora.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Salmo 47, 10-11)

Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo reconstruiste el mundo derrumbado, concede a tus fieles una santa alegría para que, a quienes rescataste de la esclavitud del pecado, nos hagas disfrutar del gozo que no tiene fin.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

“Como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo”.

Del libro del profeta Isaías 66, 10-14

Alégrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria.

Porque dice el Señor: “Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados.

Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 65)
R/. Las obras del Señor son admirables.

Que aclame al Señor toda la tierra; celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos al Señor: “Tu obra es admirable”. R/.

Que se postre ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.

Él transformó el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y poderoso. R/.

Cuantos temen a Dios vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios que no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.

SEGUNDA LECTURA

Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas 6, 14-18

Hermanos: No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. Porque en Cristo Jesús de nada vale el estar circuncidado o no, sino el ser una nueva creatura.

Para todos los que vivan conforme a esta norma y también para el verdadero Israel, la paz y la misericordia de Dios. De ahora en adelante, que nadie me ponga más obstáculos, porque llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo.

Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Colosenses 3, 15.16)

R/. Aleluya, aleluya.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. R/.

‘Que la paz reine en esta casa’. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 1-12. 17-20

En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’.

Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: ‘Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca’. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad”.

Los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”.

Él les contestó: “Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les someten. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Oremos diciendo:

A cada invocación respondemos: Escucha a tu pueblo, Señor.

1. Oremos a Dios Padre por el Papa N., por nuestro obispo, N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé fuerza y sabiduría para dirigir santamente las comunidades que les han sido encomendadas. Roguemos al Señor.

2. Oremos también para que Dios nos conceda la paz y nos ayude a esparcirla por toda la tierra, en solidaridad con nuestros hermanos que sufren injusticias. Roguemos al Señor.

3. Oremos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que su confianza en el Señor no decaiga y sean testimonios del amor que Dios tiene por nosotros. Roguemos al Señor.

4. Oremos para que, por este año jubilar, aprendamos cada vez más a discernir, saber elegir caminos de vida y rechazar todo lo que nos aleje de Cristo y del Evangelio. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Dios nuestro que, al darnos la vocación cristiana, nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para hacer presentes en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz.

Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

La oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mateo 11, 28)

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que nos has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y que nunca dejemos de alabarte.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

7

SANTOS: Panteno de Alejandría, misionero; Antonino Fantosanti, obispo y mártir; José María Gambaro, sacerdote de la Orden de los Menores y mártir. Beatos: Pedro To Rot, padre de familia, catequista y mártir; María Romero Meneses, religiosa del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Salmo 87, 2-3)

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, cuyo Hijo se dignó tomar la condición de siervo para redimir al género humano de la esclavitud del pecado, concede a tus siervos que se hallan en cautividad obtener aquella libertad con la que quisiste que todos los hombres se beneficien por ser hijos tuyos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Dios está conmigo.

Del libro del Génesis 28, 10-22

En aquel tiempo, Jacob salió de Bersebá y se dirigió a Jarán. Al llegar a cierto lugar, se dispuso a pasar ahí la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó entonces una piedra, se la puso de almohada y se acostó en aquel sitio.

Y tuvo un sueño: Soñó una escalera que se apoyaba en tierra y con la punta tocaba el cielo, y los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Vio que el Señor estaba en lo alto de la escalera y oyó que le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu padre, Abraham, y el Dios de Isaac. Te voy a dar a ti y a tus descendientes la tierra en que estás acostado. Tus descendientes van a ser tan numerosos como el polvo de la tierra y te extenderás hacia el oriente y el poniente, hacia el norte y hacia el sur; por ti y por tus descendientes serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Yo estoy contigo, te cuidaré por dondequiera que vayas, te haré regresar a esta tierra y no te abandonaré ni dejaré de cumplir lo que te he prometido”.

Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: “Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía”. Y exclamó asustado: “¡Qué terrible es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios y la puerta del cielo”.

Jacob se levantó de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto de almohada, la colocó como un memorial y derramó aceite sobre ella. Y a aquella ciudad le puso por nombre Betel, aunque su nombre primitivo era Luz. Jacob hizo una promesa, diciendo: “Si Dios está conmigo, si me cuida en el viaje que estoy haciendo, si me da pan para comer y ropa para vestirme, si vuelvo sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios y esta piedra que he colocado como memorial, será casa de Dios. Y de todo lo que el Señor me dé, le pagaré el diezmo”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 90)
R/. Señor, en ti confío.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío”. R/.

Él te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas. R/.

“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, en tus angustias estaré contigo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Timoteo 1, 10)

R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.

“Con sólo tocar su manto, me curaré”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se le acercó un jefe de la sinagoga, se postró ante él y le dijo: “Señor, mi hija acaba de morir; pero ven tú a imponerle las manos y volverá a vivir”.

Jesús se levantó y lo siguió, acompañado de sus discípulos. Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orilla del manto, pues pensaba: “Con sólo tocar su manto, me curaré”. Jesús, volviéndose, la miró y le dijo: “Hija, ten confianza; tu fe te ha curado”. Y en aquel mismo instante quedó curada la mujer.

Cuando llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús a los flautistas, y el tumulto de la gente y les dijo: “Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida”. Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y ésta se levantó. La noticia se difundió por toda aquella región.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por el sacramento salvífico de la redención humana que te ofrecemos, concede Señor, que tus siervos sean liberados de su cautiverio y disfruten de perpetua libertad de espíritu.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Salmo 68, 31. 34)

En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. Porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Recordando el precio de nuestra libertad, imploramos, Señor, tu clemencia por nuestros hermanos, para que sean liberados de sus cadenas y los conviertas en servidores de tu justicia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

8

SANTOS: Adrián o Adriano III, CIX Papa; Edgardo de Inglaterra “el Pacífico”, rey. Beatos: Eugenio III, CLXVII papa; Pedro Vigne, presbítero de la Congregación de la Misión y fundador.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Romanos 14, 7-8)

Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que al decretar la muerte para el género humano, en tu misericordia abriste las puertas de la vida eterna, mira con piedad a tu hijo (hija) que lucha en la agonía, para que, asociado (asociada) a la pasión de Cristo y sellado (sellada) con su sangre, pueda llegar a tu presencia limpio (limpia) de toda culpa.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel”.

Del libro del Génesis 32, 22-32

En aquel tiempo, se levantó Jacob, tomó a sus dos mujeres con sus dos siervas y sus once hijos y cruzó el arroyo de Yaboc. Los hizo cruzar el torrente junto con todo lo que poseía.

Jacob se quedó solo y un hombre estuvo luchando con él hasta el amanecer. Pero, viendo que no podía vencerlo, el hombre hirió a Jacob en la articulación femoral y le dislocó el fémur, mientras luchaban. El hombre le dijo: “Suéltame, pues ya está amaneciendo”. Jacob le respondió: “No te soltaré hasta que me bendigas”. El otro le preguntó: “¿Cómo te llamas?”. Él le dijo: “Jacob”. El otro prosiguió: “En adelante ya no te llamarás Jacob sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres y has salido victorioso”. Jacob le dijo: “Dime cómo te Ilamas”. El otro le respondió: “¿Por qué me preguntas mi nombre?”. Y ahí mismo bendijo a Jacob.

Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues se dijo: “He visto a Dios cara a cara y he quedado con vida”. El sol salió después de que Jacob y los suyos pasaron Penuel, y Jacob iba cojeando, por haber sido herido en el nervio del muslo. Por eso los israelitas no comen, hasta el día de hoy, el nervio del muslo.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 16)
R/. Señor, escucha nuestra súplica.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oídos a mi súplica, pues mis labios no mienten. R/.

Júzgame tú, Señor, pues tus ojos miran al que es honrado. Examina mi corazón, revísalo de noche, pruébame a fuego y no hallarás malicia en mí. R/.

A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R/.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R/.

“Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé, en tus angustias estaré contigo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Juan 10, 14)

R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.

“La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor Dios, el sacrificio que, confiados, te ofrecemos por tu siervo (sierva) que se halla al final de la vida; y por la eficacia de este sacramento, concédele quedar purificado (purificada) de todas sus culpas, para que, habiendo soportado en esta vida el sufrimiento que en tu providencia dispusiste, alcance en la vida futura el descanso eterno.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Colosenses 1, 24)

Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la eficacia de este sacramento, dígnate, Señor, confortar piadosamente, con tu gracia, a tu siervo (sierva), para que, en la hora de la muerte, pueda vencer al enemigo y merezca pasar con tus ángeles a la vida eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

9

SANTOS: San Adriano III, Papa. Santa Verónica Juliani, abadesa, clarisa capuchina. Paulina del Corazón Agonizante, virgen fundadora. Beato Luigi Caburlotto, presbítero y fundador.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Salmo 73, 20. 19. 22. 23)

Acuérdate, Señor, de tu alianza y no abandones sin remedio la vida de tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no olvides los ruegos de aquellos que te imploran.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que en tu inescrutable providencia quieres asociar a tu Iglesia a la pasión de tu Hijo, concede a tus fieles que son perseguidos a causa de tu nombre, el espíritu de paciencia y caridad, para que sean hallados testigos fieles y veraces de tus promesas.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia.

Del libro del Génesis 41, 55-57; 42, 5-7. 17-24

En aquellos días, en todo el país de Egipto hubo hambre, y el pueblo clamó al faraón, pidiéndole pan. El faraón le respondió al pueblo: “Vayan a José y hagan lo que él les diga”. Entonces José mandó abrir todas las bodegas y abasteció de víveres a los egipcios. Y como el hambre se extendiera por toda la tierra, de todos los países iban a Egipto para comprar víveres a José y remediar la carestía.

Los hijos de Jacob, junto con otros, fueron también a Egipto a comprar víveres, pues había hambre en el país de Canaán. José gobernaba en todo Egipto y los víveres se distribuían a todo el mundo, según sus indicaciones. Llegaron los hermanos de José y se postraron en su presencia. Al verlos, José los reconoció, y sin embargo, como a desconocidos, les preguntó con severidad: “¿De dónde vienen?”. Ellos respondieron: “Venimos de Canaán a comprar provisiones”. José los acusó de ser espías y durante tres días los metió en la cárcel.

Al tercer día José los mandó sacar y les dijo: “Yo también temo a Dios. Si hacen lo que les voy a decir, salvarán su vida. Si son gente de bien, uno de ustedes se quedará detenido en la prisión, mientras los demás van a llevar a sus casas las provisiones que han comprado. Luego me traen a su hermano menor, para que pueda yo comprobar si me han dicho la verdad. Así no morirán”.

Ellos estuvieron de acuerdo y se decían los unos a los otros: “Con razón estamos sufriendo ahora, porque pecamos contra nuestro hermano José, cuya angustia veíamos, cuando nos pedía que tuviéramos compasión de él, y no le hicimos caso. Por eso ha caído sobre nosotros esta desgracia”. Rubén añadió: “¿No les decía yo que no le hiciéramos daño al niño y no me hicieron caso? Ahora nos están pidiendo cuentas de su vida”.

Como estaban hablando por medio de un intérprete, ellos ignoraban que José les entendía. Entonces José se alejó de ellos y rompió a llorar.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 32)
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos; cantemos en su honor nuevos cantares, al compás de instrumentos alabémoslo. R/.

Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus designios. Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. R/.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Marcos 1, 15)

R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.

“Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 1-7

En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: “No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestras humildes oraciones y ofrendas, y concede a cuantos padecen persecución de los hombres, por servirte fielmente, que se alegren de estar asociados al sacrificio de tu Hijo Jesucristo y sepan que sus nombres están escritos en el cielo, entre aquellos que están elegidos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mateo 5, 11-12)

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía, dice el Señor. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por la fuerza de este sacramento, Señor, fortalece en la verdad a tus siervos y concede a aquellos fieles que se hallan en la tribulación que, cargando su cruz detrás de tu Hijo, puedan, en medio de las adversidades, gloriarse sin cesar del nombre de cristianos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que, por la confesión de fe de los santos mártires Agustín Zhao Rong y compañeros, con admirable providencia fortaleciste a tu Iglesia, concede que tu pueblo, fiel a la misión a él encomendada, goce de mayor libertad y dé testimonio de la verdad ante el mundo.

Por nuestro Señor Jesucristo….

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de estos santos mártires y a nosotros tus siervos concédenos permanecer siempre firmes en la confesión de tu nombre.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable el misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

10

SANTOS: Anatolia y Victoria, mártires; Amelia de Bélgica, laica. Beatos: Manuel Ruiz, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y 10 compañeros, mártires; Bernardo de Quintavalle, primer discípulo de san Francisco de Asís.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Salmo 32, 11. 19)

Los proyectos de su corazón subsisten de generación en generación, para librar de la muerte a sus fieles y reanimarlos en tiempo de hambre.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, haz que nos revistamos con las virtudes del corazón de tu Hijo y nos encendamos con el amor que lo inflama, para que, configurados a imagen suya, merezcamos ser partícipes de la redención eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“Si no viene su hermano menor con ustedes, no los volveré a recibir”.

Del libro del Génesis 44, 18-21. 23-29; 45, 1-5

En aquellos días, se acercó Judá a José y le dijo: “Con tu permiso, señor, tu siervo va a pronunciar algunas palabras a tu oído; no te enojes con tu siervo, pues tú eres como un segundo faraón. Tú, señor, nos preguntaste: ¿Tienen padre o algún hermano?”. Nosotros te respondimos: ‘Sí, tenemos un padre anciano, con un hijo pequeño, que le nació en su vejez. Como es el único que le queda de su madre, pues el otro hermano ya murió, su padre lo ama tiernamente. Entonces tú dijiste a tus siervos: ‘Tráiganmelo para que yo lo vea con mis propios ojos, pues si no viene su hermano menor con ustedes, no los volveré a recibir’.

Cuando regresamos a donde está nuestro padre, tu siervo, le referimos lo que nos habías dicho. Nuestro padre nos dijo: ‘Vuelvan a Egipto y cómprenos víveres’. Nosotros le dijimos: ‘No podemos volver, a menos que nuestro hermano menor vaya con nosotros. Sólo así volveríamos, porque no podemos presentarnos ante el ministro del faraón, si no va con nosotros nuestro hermano menor. Nuestro padre, tu siervo, nos dijo entonces: ‘Ya saben que mi mujer me dio dos hijos: uno desapareció y ustedes me dijeron que una fiera se lo había comido y ya no lo he vuelto a ver. Ahora se llevan también a éste, si le ocurre una desgracia, me van a matar de dolor”.

Entonces José ya no pudo aguantarse más y ordenó a todos los que lo acompañaban que salieran de ahí. Nadie se quedó con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. José se puso a llorar a gritos; lo oyeron los egipcios y llegó la noticia hasta la casa del faraón.

Después les dijo a sus hermanos: “Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?”. Sus hermanos no podían contestarle, porque el miedo se había apoderado de ellos. José les dijo: “Acérquense”. Se acercaron y él continuó: “Yo soy su hermano José, a quien ustedes vendieron a los egipcios. Pero no se asusten ni se aflijan por haberme vendido, pues Dios me mandó a Egipto antes que a ustedes para salvarles la vida”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 104)
R/. Recordemos los prodigios del Señor.

Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo. R/.

Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra. R/.

El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Marcos 1, 15)

R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.

“Al entrar, saluden así: Que haya paz en esta casa”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 7-15

En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: “Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.

No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.

Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, Padre de misericordia, que por el inmenso amor con que nos has amado, nos diste con inefable bondad a tu Unigénito, concédenos que, unidos íntimamente a él, te ofrezcamos una digna oblación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Juan 7, 37-38)

Dice el Señor: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba, aquel que cree en mí. Como dice la Escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo participado de tu sacramento de amor, imploramos, Señor, tu clemencia, para que, configurados con Cristo en la tierra, merezcamos compartir su gloria en el cielo.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

11

SANTOS: Olga de Kiev, reina. Beatos: Rosalía Clotilde de Santa Pelagia Bès y compañeras, vírgenes, religiosas y mártires; Valerio Traiano Frentiu, obispo y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Hubo un varón de vida venerable, Benito, por gracia y por nombre, “bendecido”, que renunció a su casa y a su herencia, para solamente agradar a Dios, llevando una vida santa.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que constituiste a san Benito, abad, como ilustre maestro en la escuela del servicio divino, concédenos que, sin anteponer nada a tu amor, avancemos con un corazón generoso en el camino de tus mandamientos.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“Yo soy Dios, el Dios de tu padre”.

Del libro del Génesis 46, 1-7. 28-30

En aquellos días, partió Jacob con todas sus pertenencias y llegó a Bersebá, donde hizo sacrificios al Dios de su padre Isaac. Por la noche, Dios se le apareció y le dijo: “Jacob, Jacob!”. Él respondió: “Aquí estoy”. El Señor le dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque ahí te convertiré en un gran pueblo. Yo iré contigo allá, José te cerrará los ojos y después de muerto, yo mismo te haré volver aquí”.

Al partir de Bersebá, los hijos de Jacob hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en las carretas que había mandado el faraón para transportarlos. Tomaron el ganado y cuanto habían adquirido en la tierra de Canaán y se fueron a Egipto, Jacob y todos sus descendientes, sus hijos y nietos, sus hijas y nietas.

Jacob mandó a Judá por delante para que le avisara a José y le preparara un sitio en la región de Gosén. Cuando ya estaban por llegar, José enganchó su carroza y se fue a Gosén para recibir a su padre. Apenas lo vio, corrió a su encuentro y, abrazándolo largamente, se puso a llorar. Jacob le dijo a José: “Ya puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 36)
R/. La salvación del justo es el Señor.

Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.

Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; no se marchitarán en la sequía y en tiempos de escasez tendrán hartura. R/.

Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque al Señor le agrada lo que es justo y vela por sus fieles. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Juan 16, 13; 14, 26)

R/. Aleluya, aleluya.

Cuando venga el Espíritu de verdad, él les enseñará toda la verdad y les recordará todo cuanto yo les he dicho, dice el Señor. R/.

“Precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 16-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Yo los envío como ovejas entre lobos. Sean, pues, precavidos como las serpientes y sencillos como las palomas.

Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los entreguen, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.

El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará.

Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Yo les aseguro que no alcanzarán a recorrer todas las ciudades de Israel, antes de que venga el Hijo del hombre”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, con bondad los dones que te presentamos en la celebración de san Benito, abad, y haz que, a ejemplo suyo, te busquemos únicamente a ti, a fin de que podamos obtener en tu servicio el don de la unidad y de la paz.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lucas 12, 42)

Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir la prenda de la vida eterna, te suplicamos, Señor, que, siguiendo las enseñanzas de san Benito, nos dediquemos con fidelidad a tu servicio y amemos con ferviente caridad a los hermanos.Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

12

SANTOS: Nabor y Félix de Mauritania, mártires; Juan Gualberto, religioso benedictino cluniacense y fundador; Luis Martín y Celia Guerin, padres de santa Teresita del Niño Jesús; Inés Le Thi Thanh, madre de familia y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Judit 13, 18-19)

Bendita eres tú, Virgen María, por obra de Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra; porque tu nombre ha sido engrandecido para que la boca de los hombres no cese de alabarte.

ORACIÓN COLECTA

Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te pedimos, Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos recibir la plenitud de tu gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios?”

Del libro del Génesis 49, 29-32; 50, 15-26

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dio estas instrucciones: “Yo voy a reunirme con los míos. Sepúltenme junto a mis padres, en la cueva del campo de Makpelá, frente a Mambré, en Canaán. Es el campo que Abraham le compró a Efrón, el hitita, para que lo enterraran. Ahí sepultaron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y ahí sepulté yo a Lía”. Cuando terminó de dar este encargo a sus hijos, Jacob expiró y fue a reunirse con los suyos.

Los hermanos de José, al ver que había muerto su padre, dijeron: “A ver si José no nos guarda rencor y no nos hace pagar todo el daño que le hicimos”.

Por eso le mandaron este recado: “Antes de morir, tu padre nos encargó que te dijéramos esto: ‘Perdona, por favor, a tus hermanos su crimen, su pecado y el daño que te hicieron’. También nosotros, siervos del Dios de tu padre, te pedimos que nos perdones”. Cuando José oyó el recado se puso a llorar.

Fueron después sus hermanos personalmente a verlo y, postrados ante él, le dijeron: “Aquí nos tienes. Somos esclavos tuyos”. José les replicó: “No tengan miedo. ¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios? Ustedes quisieron hacerme daño, pero Dios lo convirtió en un bien para hacer sobrevivir a un pueblo numeroso, como pueden ver. Así que no tengan miedo; yo los mantendré a ustedes y a sus pequeñuelos”. Y los consoló y les habló con mucho cariño.

José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre y vivió hasta los ciento diez años; vio a los bisnietos de Efraín y en sus brazos nacieron los hijos de Makir, hijo de Manasés. Finalmente José les dijo a sus hermanos: “Yo voy a morir ya, pero ciertamente Dios cuidará de ustedes y los hará salir de este país a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob”. José los hizo jurar diciendo: “Cuando Dios los haga salir de esta tierra, se llevarán mis huesos de aquí’. Y luego murió José.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 104)
R/. Cantemos la grandeza del Señor.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.

Del nombre del Señor enorgullézcanse, y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder, y a su presencia acudan. R/.

Descendientes de Abraham, su servidor; estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: El Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (1 Pedro 4, 14)

R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu de Dios descansa en ustedes. R/.

“Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 24-33

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más que el maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!

No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.

No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.

¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, al conmemorar llenos de gozo a la Madre de tu Hijo; y te pedimos que por este santo intercambio, se aumenten en nosotros los frutos de la redención eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lucas 1, 48)

Me llamarán dichosa todas las generaciones, porque Dios puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por este celestial banquete, te rogamos humildemente, Señor, que nos concedas confesar de palabra y con las obras a tu Hijo, nacido de la Virgen Madre.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

13

SANTOS: Clelia Barbieri, virgen fundadora. Beatos: Mariano de Jesús Euse, presbítero; Carlos Manuel Rodríguez “Charlie”, laico; Santiago de Verazze o de Vorágine, presbítero de la Orden de Predicadores y obispo.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Salmo 16, 15)

Por serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero saciarme de gloria.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que Ilevan y cumplir lo que ese nombre significa.

Por nuestro Señor Jesucristo…

PRIMERA LECTURA

“Escucha la voz del Señor, tu Dios”.

Del libro del Deuteronomio 30, 10-14

En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Escucha la voz del Señor, tu Dios, que te manda guardar sus mandamientos y disposiciones escritos en el libro de esta ley. Y conviértete al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.

Estos mandamientos que te doy, no son superiores a tus fuerzas ni están fuera de tu alcance. No están en el cielo, de modo que pudieras decir: ‘¿Quién subirá por nosotros al cielo para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos?’. Ni tampoco están al otro lado del mar, de modo que pudieras objetar: ¿Quién cruzará el mar por nosotros para que nos los traiga, los escuchemos y podamos cumplirlos?’. Por el contrario, todos mis mandamientos están muy a tu alcance, en tu boca y en tu corazón, para que puedas cumplirlos”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 68)
R/. Escúchame, Señor, porque eres bueno.

A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. Escúchame, Señor, pues eres bueno y en tu ternura vuelve a mí tus ojos. R/.

Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. R/.

Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.

Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá a Judá; la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a Dios la habitarán. R/.

SEGUNDA LECTURA

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 1, 15-20

Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él.

Él existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.

Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Juan 6, 63. 68)

R/. Aleluya, aleluya.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.

“Amarás al Señor tu Dios”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 25-37

En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?”. Jesús le dijo: “¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?”. El doctor de la ley contestó: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Has contestado bien; si haces eso, vivirás”.

El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”. Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más, te lo pagaré a mi regreso’.

¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue asaltado por los ladrones?”. El doctor de la ley le respondió: “El que tuvo compasión de él”. Entonces Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Sacerdote: Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que nuestros ruegos sean escuchados por aquel que escruta el corazón de todos. Oremos diciendo:

A cada invocación respondemos: Escucha, Señor, nuestra oración.

1. Pidamos, hermanos, la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con fidelidad la palabra divina y para todos los miembros de la Iglesia. Roguemos al Señor.

2. Por Israel, el pueblo de la antigua alianza, y por los que no conocen al Dios verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad. Roguemos al Señor.

3. Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los débiles y oprimidos, así como por los justos que sufren persecución. Roguemos al Señor.

4. Invoquemos con fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y felicidad de los que ahora estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor, y por el mundo entero. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Dios misericordioso y omnipotente, que has querido resumir todos los preceptos de tu ley en el mandamiento del amor, escucha nuestras oraciones y danos un corazón solícito y generoso hacia los sufrimientos de nuestros hermanos, a imagen de tu Hijo, el buen samaritano del mundo.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan a tus fieles para crecer en santidad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Juan 6, 56)

El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

14

SANTOS: Francisco Solano, presbítero de la Orden de Frailes Menores. Beato Ghebra Miguel, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Efesios 5, 19-20)

Canten con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que siempre nos escuchas en nuestra aflicción, te damos gracias por tu bondad y te pedimos que, liberados de todos los males, podamos servirte siempre con alegría.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros”.

Del libro del Éxodo 1, 8-14. 22

En aquel tiempo, subió al poder en Egipto un nuevo faraón, que no había conocido a José, y le dijo a su pueblo: “Los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. Tomemos precauciones contra ellos para que no sigan multiplicándose, no sea que, en caso de guerra, se unan a nuestros enemigos, para luchar contra nosotros y se escapen del país”.

Les pusieron, pues, capataces a los israelitas para que los oprimieran con trabajos pesados; y así construyeron para el faraón las ciudades de Pitom y Ramsés, como lugares de almacenamiento. Pero mientras más los oprimían, más crecían y se multiplicaban.

Los egipcios llegaron a temer a los hijos de Israel y los redujeron a una cruel esclavitud; les hicieron pesada la vida, sometiéndolos a rudos trabajos de albañilería y a toda clase de tareas serviles en el campo.

Además, el faraón dio esta orden a su pueblo: “Echen al río a todos los niños que les nazcan a los hebreos; pero si son niñas, déjenlas vivir”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 123)
R/. Nuestra ayuda es invocar al Señor.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera. R/.

Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, porque no permitió que nos despedazaran con sus dientes. R/.

Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mateo 5, 10)

R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 34-11, 1

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más a que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.

Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.

El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.

Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”.

Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, tú que nos diste a tu Hijo para que nos librara de la muerte y de todo mal, acepta este sacrificio que te ofrecemos en acción de gracias por habernos librado de nuestras tribulaciones.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Salmo 137, 1)

Te damos gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste nuestros ruegos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, que, mediante este pan de vida, te dignas librar a tus siervos de las ataduras del pecado y restaurar piadosamente sus fuerzas, concédenos crecer sin cesar en la esperanza de la gloria.

Por Jesucristo, nuestro Señor

O BIEN: SAN CAMILO DE LELIS (ML), BLANCO (PÁGINA 60).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste al presbítero san Camilo de Lelis la gracia de un amor especial por los enfermos, infunde en nosotros, por su intercesión, el espíritu de tu caridad, para que, sirviéndote en nuestros hermanos, podamos, en la hora de nuestra muerte, presentarnos ante ti llenos de confianza.

Por nuestro Señor Jesucristo….

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acoge, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que, al celebrar la obra de la caridad inmensa de tu Hijo, seamos confirmados en el amor a ti y al prójimo, a ejemplo de san Camilo de Lelis.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este santo sacramento, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de san Camilo de Lelis, que te honró con su incansable piedad y con su inmensa caridad hizo tanto bien a tu pueblo.

Por Jesucristo, nuestro Señor

15

SANTOS: Vladimir o Vladimiro de Kiev “el Grande”, príncipe. Beato Antonio Beszta-Borowski, presbítero y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Ezequiel 34, 11. 23-24)

Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, al celebrar la festividad del obispo san Buenaventura, te pedimos que nos concedas aprovechar su admirable doctrina e imitar siempre su ardiente caridad.

Por nuestro Señor Jesucristo….

PRIMERA LECTURA

“De las aguas lo he sacado”.

Del libro del Éxodo 2, 1-15

En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocultarlo por más tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó con betún y con brea, metió en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la orilla del río. Entre tanto, la hermana del niño se quedó a cierta distancia para ver lo que sucedía. DAN

Bajó la hija del faraón a bañarse en el río, y mientras sus doncellas se paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y envió a una criada para que se la trajera. La abrió y encontró en ella un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: “Es un niño hebreo”.

Entonces se acercó la hermana del niño y le dijo a la hija del faraón: “¿Quieres que vaya a llamar a una nodriza hebrea para que te críe al niño?”. La hija del faraón le dijo que sí. Entonces la joven fue a llamar a la madre del niño. La hija del faraón le dijo a ésta: “Toma a este niño; críamelo y yo te pagaré”. Tomó la mujer al niño y lo crió.

El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, que significa: “De las aguas lo he sacado”.

Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta de sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba a uno de sus hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas partes, no vio a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena.

Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando. Le dijo entonces al culpable: “¿Por qué le pegas a tu compañero?”. Pero él le contestó: “¿Quién te ha nombrado jefe y juez de nosotros? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?”. Lleno de temor, Moisés pensó: “Sin duda que ya todo el mundo lo sabe”. Se enteró el faraón de lo sucedido y buscó a Moisés para matarlo, pero él huyó lejos del faraón y se fue a vivir al país de Madián.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 68)
R/.
Busquen al Señor y vivirán.

Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he llegado hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente. R/.

A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. R/.

Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre; proclamaré tu gloria, agradecido. R/.

Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Salmo 94, 8)

R/. Aleluya, aleluya.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”. R/.

“Hace tiempo que hubieran hecho penitencia”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 20-24

En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse convertido. Les decía:

“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.

Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira favorablemente, Señor, las ofrendas que presentamos en tu altar en esta festividad de san Buenaventura, para que nos alcancen tu perdón y den gloria a tu nombre.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Juan 15, 16)

No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados por estos sagrados misterios, Señor, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san Buenaventura, nos esforcemos en profesar lo que él creyó y en poner en práctica lo que enseñó.

Por Jesucristo, nuestro Señor

16

SANTOS: Andrés de Soveral, presbítero y Domingo Carvalho, laico, mártires; María Magdalena Pastel, virgen fundadora. Beata María Guadalupe Ortiz de Landázuri, laica del Opus Dei.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, la poderosa intercesión de la gloriosa Virgen María, nuestra Señora del Carmen, para que, con la ayuda de su protección, podamos llegar hasta el monte de la salvación, que es Cristo.

Él, que vive y reina contigo…

PRIMERA LECTURA

“Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema”.

Del libro del Éxodo 3, 1-6. 9-12

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro, Jetró, sacerdote de Madián. En cierta ocasión llevó el rebaño más allá del desierto, hasta el Horeb, el monte de Dios, y el Señor se le apareció en una llama que salía de un zarzal. Moisés observó con gran asombro que la zarza ardía sin consumirse y se dijo: “Voy a ver de cerca esa cosa tan extraña, por qué la zarza no se quema”.

Viendo el Señor que Moisés se había desviado para mirar, lo llamó desde la zarza: “¡Moisés, Moisés!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Le dijo Dios: “¡No te acerques! Quítate las sandalias, porque el lugar que pisas es tierra sagrada”. Y añadió: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.

Entonces Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Pero el Señor le dijo: “El clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los oprimen los egipcios.

Ahora, ve a ver al faraón, porque yo te envío para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”.

Moisés le dijo entonces a Dios: “¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?”. El Señor respondió: “Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, ustedes darán culto a Dios en este monte”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 102)
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios. R/.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.

El Señor hace justicia y le da la razón al oprimido. A Moisés le mostró su bondad y sus prodigios al pueblo de Israel. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mateo 11, 25)

R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.

“Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 25-27

En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Lucas 11, 27)

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor

17

SANTOS: Justa y Rufina de Sevilla, vírgenes y mártires; Eduviges de Polonia, reina. Beatas Teresa de San Agustín y 15 Compañeras Mártires de Compiègne, vírgenes, religiosas carmelitas y mártires.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Salmo 77, 23-25)

Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación.

Por nuestro Señor Jesucristo…

PRIMERA LECTURA

“El Dios de sus padres me envía a ustedes”.

Del libro del Éxodo 3, 13-20

En aquel tiempo, Moisés [después de oír la voz del Señor en medio de la zarza] le dijo: “Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de sus padres me envía a ustedes’; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?”.

Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”; y añadió: “Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’. También les dirás: ‘El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Éste es mi nombre para siempre. Con este nombre me han de recordar de generación en generación’.

Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, jeveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel’.

Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al faraón y le dirán: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios’.

Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y finalmente el faraón los dejará salir”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 104)
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.

Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos les endureció el corazón para que odiaran a su pueblo y les pusieran asechanzas a sus siervos. R/.

Pero envió a su siervo, Moisés, y a Aarón, su elegido, a que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, sus prodigios en la tierra de Egipto. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mateo 11, 28)

R/. Aleluya, aleluya.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.

“Soy manso y humilde de corazón”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Juan 6, 51-52)

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

18

SANTOS: Arnulfo de Metz, obispo; Simeón de Lipnica, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores. Beata Tarcisia (Olga) Mackiv, religiosa de la Congregación de las Hermanas Siervas de María Inmaculada y mártir.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Apocalipsis 5, 9-10)

Con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, para constituir un reino para Dios.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que redimiste a todos los hombres con la preciosa Sangre de tu Unigénito, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, celebrando sin cesar el misterio de nuestra salvación, merezcamos alcanzar sus frutos.

Por nuestro Señor Jesucristo…

PRIMERA LECTURA

“Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principal del año”.

Del libro del Éxodo 11, 10-12, 14

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios ante el faraón, pero el Señor endureció el corazón del faraón, que no dejó salir de su país a los hijos de Israel.

El Señor les dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: “Este mes será para ustedes el primero de todos los meses y el principal del año. Díganle a toda la comunidad de Israel: ‘El día diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con los vecinos y elija un cordero adecuado al número de personas y a la cantidad que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.

Lo guardarán hasta el día catorce del mes, cuando toda la comunidad de los hijos de Israel, lo inmolará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la puerta de la casa donde vayan a comer el cordero. Esa noche comerán la carne, asada a fuego; comerán panes sin levadura y hierbas amargas. No comerán el cordero crudo o cocido, sino asado; lo comerán todo, también la cabeza, las patas y las entrañas. No dejarán nada de él para la mañana; lo que sobre lo quemarán.

Y comerán así: Con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano y a toda prisa, porque es la Pascua, es decir, el paso del Señor.

Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados. Castigaré a todos los dioses de Egipto, yo, el Señor. La sangre les servirá de señal en las casas donde habitan ustedes. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando hiera yo la tierra de Egipto.

Ese día será para ustedes un memorial y lo celebrarán como fiesta en honor del Señor. De generación en generación celebrarán esta festividad, como institución perpetua'”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 115)
R/. Cumpliré las promesas al Señor.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R/.

Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Juan 10, 27)

R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 12, 1-8

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”.

Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?

¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.

Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al traer ante tu soberana presencia, Señor, nuestros dones, haz que, por medio de estos misterios, nos acerquemos a Jesús, el mediador de la nueva Alianza, y nos renovemos por la aspersión salvadora de su Sangre.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. 1 Corintios 10, 16)

El cáliz de nuestra acción de gracias, nos une en la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, nos une en el Cuerpo del Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo sido reconfortados con el alimento y la bebida de salvación, te pedimos, Señor, que seamos bañados siempre con la Sangre de nuestro Salvador, y que ésta se convierta para nosotros en fuente de agua que brote hasta la vida eterna.Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

19

SANTOS: Áurea de Córdoba, virgen y mártir; Macrina “la Joven”, abadesa basilia.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Lucas 1, 47-48)

Entonces dijo María: mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste elegir el seno virginal de la santísima Virgen María como morada en que habitara tu Palabra, concédenos que, fortalecidos con su protección, podamos tomar parte, llenos de gozo, en esta celebración.

Por nuestro Señor Jesucristo…

PRIMERA LECTURA

Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto.

Del libro del Éxodo 12, 37-42

En aquellos días, los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukot; eran unos seiscientos mil hombres, sin contar a los niños. Salió también con ellos una enorme y abigarrada muchedumbre con grandes rebaños de ovejas, vacas y otros animales. De la masa que habían sacado de Egipto cocieron piezas de pan ázimo, no fermentado; pues los egipcios, al arrojarlos del país, no les dieron tiempo de dejar fermentar la masa, ni de tomar provisiones para el camino.

Los hijos de Israel estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron de la tierra de Egipto todos los ejércitos del Señor. Esa noche veló el Señor, para sacarlos de Egipto. Por eso, esta noche será noche de vela en honor del Señor para todos los hijos de Israel, de generación en generación.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 135)
R/. Demos gracias al Señor, porque él es bueno.

Demos gracias al Señor, porque él es bueno; él se acordó de nosotros en nuestra humillación y nos libró de nuestros enemigos. R/.

Demos gracias al que hirió a los primogénitos egipcios y sacó a Israel de aquel país con mano poderosa, con brazo extendido. R/.

Demos gracias al que en dos partió el Mar Rojo, condujo a Israel entre las aguas y arrojó en el Mar Rojo al faraón y a su ejército. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (2 Corintios 5, 19)

R/. Aleluya, aleluya.

Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.

“En él pondrán todas las naciones su esperanza”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:

Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sean aceptables, Señor, los dones que tu pueblo te ofrece en la conmemoración de la santísima Virgen María, quien por su virginidad fue grata a tus ojos y por su humildad concibió a tu Hijo, Señor nuestro.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lucas 2, 19)

María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Hechos participes del alimento espiritual, te pedimos, Señor Dios nuestro, que, imitando asiduamente a la bienaventurada Virgen María, nos encontremos siempre diligentes para el servicio de la Iglesia y experimentemos el gozo de ser tus servidores.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

20

SANTOS: Margarita o Marina de Antioquía, virgen y mártir. Beato Luis Novarese, presbítero y fundador.

ANTÍFONA DE ENTRADA (Salmo 53, 6. 8)

El Señor es mi auxilio y el único apoyo en mi vida. Te ofreceré de corazón un sacrificio y daré gracias a tu nombre, Señor, porque eres bueno.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Sé propicio, Señor, con tus siervos y multiplica, bondadoso, sobre ellos los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad, perseveren siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos.

Por nuestro Señor Jesucristo…

PRIMERA LECTURA

“Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte”.

Del libro del Génesis 18, 1-10

Un día, el Señor se le apareció a Abraham en el encinar de Mambré. Abraham estaba sentado en la entrada de su tienda, a la hora del calor más fuerte. Levantando la vista, vio de pronto a tres hombres que estaban de pie ante él. Al verlos, se dirigió a ellos rápidamente desde la puerta de la tienda, y postrado en tierra, dijo: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte. Haré que traigan un poco de agua para que se laven los pies y descansen a la sombra de estos árboles; traeré pan para que recobren las fuerzas y después continuarán su camino, pues sin duda para eso han pasado junto a su siervo”.

Ellos le contestaron: “Está bien. Haz lo que dices”. Abraham entró rápidamente en la tienda donde estaba Sara y le dijo: “Date prisa, toma tres medidas de harina, amásalas y cuece unos panes”.

Luego Abraham fue corriendo al establo, escogió un ternero y se lo dio a un criado para que lo matara y lo preparara. Cuando el ternero estuvo asado, tomó requesón y leche y lo sirvió todo a los forasteros. Él permaneció de pie junto a ellos, bajo el árbol, mientras comían. Ellos le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?”. Él respondió: “Allá, en la tienda”. Uno de ellos le dijo: “Dentro de un año volveré sin falta a visitarte por estas fechas; para entonces, Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (SALMO 14)
R/. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia. R/.

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo. R/.

Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes. Quienes vivan así serán gratos a Dios eternamente. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ese mismo Cristo es el que nosotros predicamos cuando corregimos a los hombres.

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 1, 24-28

Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia. Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.

Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria; ese mismo Cristo es el que nosotros predicamos cuando corregimos a los hombres y los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lucas 8, 15)

R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R/.

“Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan”.

DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”.

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Sacerdote: Pidamos, hermanos, al Dios de misericordia que nos auxilie en nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea.

A cada invocación respondemos: Acuérdate, Señor, de tu pueblo.

1. Por la paz y la concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas. Roguemos al Señor.

2. Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica. Roguemos al Señor.

3. Por los que están lejos de casa, por los enfermos y los encarcelados y por todos los que sufren. Roguemos al Señor.

4. Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Dios de bondad, Padre santo, escucha nuestras oraciones y danos un corazón humilde y sencillo que escuche la palabra de tu Hijo y lo acoja en la persona de nuestros hermanos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

TODOS: Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que con la perfección de un único sacrificio pusiste fin a la diversidad de sacrificios de la antigua ley, recibe las ofrendas de tus fieles, y santifícalas como bendijiste la ofrenda de Abel, para que aquello que cada uno te ofrece en honor de tu gloria, sea de provecho para la salvación de todos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Apocalipsis 3, 20)

Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: Si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

21

Blanco / Rojo Memoria de san Luis Gonzaga, religioso o san José Isabel Flores Varela, mártir mexicano* [Memoria, en el lugar donde se conservan las reliquias de su cuerpo] MR, p. 767 (753) / Lecc. II, p. 466

Otros santos: Beato Tomás Corsini de Orvieto, religioso de la Orden de los Siervos de María.

Murió a los 23 años, contagiado por los enfermos a quienes cuidaba. Esta fue la corona de una vida totalmente recta, desde que vivía en el palacio de sus padres hasta que entró de jesuita en el noviciado de Roma. Pero su rectitud fue concebida a base de heroicos esfuerzos por dominarse a fin de ser fiel al amor a Dios (1568-1591).

LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS
2 Re 11, 1-4. 9-18. 20; Sal 131; Mt 6, 19-23


Según un dicho famoso, Dios escribe derecho con renglones torcidos. Es precisamente lo que ilustra nuestra primera lectura, que narra cómo la Casa de David sobrevive, de acuerdo con las promesas divinas a este rey. A primera vista, pareciera que la dinastía davídica no iba a resistir la destrucción, ya que Atalía intenta eliminar a todos los descendientes de ella y poner sobre el trono del reino del sur su casa ancestral, la dinastía de Omrí (véase 2 Re 8, 26). Pero gracias a ciertos acontecimientos inesperados, guiados por un Dios escondido, como el rescate del único descendiente sobreviviente de David, Joás, y una rebelión sostenida por ciertos mercenarios llamados “los caríos” (vv. 4, 9, 10, y 15), la Casa de David triunfa. Hoy nuestras vidas son (es de esperar) menos violentas, pero igualmente sujetas a los planes misteriosos de Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 23, 4. 3

Quien tiene manos inocentes y puro el corazón, subirá al monte del Señor y permanecerá en su recinto sagrado.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, autor de los dones celestiales, que uniste en san Luis Gonzaga una admirable inocencia de vida con la virtud de la penitencia, concédenos, por sus méritos e intercesión, que si no lo hemos seguido en la inocencia, lo imitemos en la penitencia.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ungieron a Joás y gritaron: “¡Viva el rey!”

Del segundo libro de los Reyes: 11, 1-4. 9-18. 20

Por aquel entonces, Atalía, madre del rey Ocozías, viendo que había muerto su hijo, decidió exterminar a toda la familia real. Pero Yehosebá, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a su sobrino Joás y lo sacó a escondidas de entre los hijos del rey, cuando los estaban asesinando, para ocultarlo de Atalía. Escondió al niño y a su nodriza, y así el niño pudo escapar de la muerte. Seis años estuvo oculto con ella en el templo del Señor, y entre tanto Atalía reinó en el país.
El año séptimo, el sacerdote Yehoyadá mandó llamar a los oficiales del ejército y a los soldados de éstos, los introdujo en el templo del Señor, les mostró al hijo del rey e hizo con ellos un pacto con juramento, de cuidar al hijo del rey. Los oficiales cumplieron el pacto que habían hecho con el sacerdote Yehoyadá. Cada cual se puso al frente de sus hombres, que entraban de guardia el sábado o terminaban su guardia el sábado, y se presentaron ante el sacerdote Yehoyadá. Éste les entregó las lanzas y los escudos del rey David, que estaban en el templo del Señor. Cuando los soldados de la guardia, con las armas en la mano, se pusieron en fila desde el lado sur hasta el lado norte del templo, rodeando el altar, Yehoyadá sacó al hijo del rey, le puso la diadema y las insignias reales y lo ungió.
Entonces todos aplaudieron y gritaron: “¡Viva el rey!” Cuando Atalía escuchó el clamor popular, fue al templo del Señor, donde estaba reunida la gente. Entonces vio al rey, que estaba de pie sobre el estrado, según la costumbre, a los oficiales del ejército y a los heraldos en torno al rey, y a todo el pueblo que daba muestras de gran alegría, mientras sonaban las trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestiduras y gritó: “traición, traición!” El sacerdote Yehoyadá dio esta orden a los oficiales: “Sáquenla del templo y maten al que la siga”. El sacerdote les había dicho: “No podemos matarla en el templo del Señor”. Así pues, los guardias la llevaron hasta el palacio real y le dieron muerte en la puerta de los caballos.
Entonces el sacerdote Yehoyadá renovó la alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, por la cual ellos serían el pueblo del Señor. Todo el pueblo penetró en el templo de Baal y lo destrozaron; destruyeron completamente el altar y sus estatuas, y a Matán, sacerdote de Baal, le dieron muerte delante del altar. El sacerdote Yehoyadá puso centinelas en el templo del Señor. Todo el pueblo se llenó de alegría y la ciudad quedó tranquila. Atalía había sido muerta en el palacio real.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 131, 11. 12. 13-14. 17-18.
R/. Dios le dará el trono de su padre David.

Dios prometió a David —y el Señor no revoca sus promesas—: “Pondré sobre tu trono a uno de tu propia descendencia. R/.
Si tus hijos son fieles a mi alianza y cumplen los mandatos que yo enseñe, también ocuparán sus hijos tu trono para siempre”. R/.
Esto es así, porque el Señor ha elegido a Sión como morada: “Aquí está mi reposo para siempre; porque así me agradó, será mi casa. R/.
Aquí haré renacer el poder de David y encenderé una lámpara a mi ungido; pondré sobre su frente mi diadema, ignominia daré a sus enemigos”.. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.

EVANGELIO

Donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.

Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 19-23

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!”

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que a ejemplo de san Luis participemos en esta Eucaristía revestidos con traje nupcial, a fin de que, por medio de este alimento, nos llenes de las riquezas de tu gracia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 77, 24-25

Pan celeste les dio como alimento; y todos comieron pan de los ángeles.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, alimentados con el pan de los ángeles, haz que te sirvamos con una vida limpia de pecado, y que siguiendo el ejemplo de aquel a quien hoy celebramos, podamos permanecer siempre en acción de gracias.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 3, 8. 10

Todo lo consideró basura, con tal de conocer a Cristo, y conformarse a su muerte en comunión con su pasión.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san José Isabel Flores Varela luchar por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida.

Por nuestro Señor Jesucristo…

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos, Señor, estas ofrendas al conmemorar a tu santo mártir José Isabel Flores Varela, a quien ninguna tentación pudo separar de la unidad del cuerpo de Cristo.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12

El que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san José Isabel Flores Varela, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

22

Verde / Blanco / Rojo Feria, Misa de Santa María Virgen o san Paulino de Nola, obispo* o san Juan Fisher, obispo y Tomás Moro, mártires** MR, p. 913 (905) / Lecc. II, p. 470 I LH, Vísperas I del domingo: Semana IV del Salterio Tomo III: pp. 1151 y 413 Para los fieles: pp. 722 y 401 Edición popular: pp. 289 y 468

“NO ESTÉN ANGUSTIADOS POR SU VIDA”
2 Cro 24, 17-25; Sal 88; Mt 6, 24-34

El discurso del Señor sobre el dinero y las preocupaciones de la vida, que forma nuestro Evangelio de hoy, probablemente fue tejido por el evangelista a partir de dichos sapienciales derivados de la fuente Q (o Quelle en alemán), esa colección hipotética de frases de Jesús que los exégetas postulan como el origen de ciertas secciones de los Evangelios de Mateo y Lucas. Podría parecer un discurso muy idealista y poco práctico si lo interpretamos de manera literal. Sin embargo, interpretada como una expresión de esa tenencia común entre algunas culturas antiguas que es conocida como la hipérbole semítica, revela su significado verdadero. Es una llamada exagerada para lograr el efecto de fiarnos en la Providencia Divina. Insiste en que tenga prioridad no nuestra búsqueda insaciable de seguridad por medio del dinero o posesiones materiales, sino en la confianza en la bondad y sabiduría de Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, concédenos a nosotros, tus siervos, gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo, y, por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Mataron a Zacarías en el templo.

Del segundo libro de las Crónicas: 24, 17-25

Después de la muerte del sacerdote Yehoyadá, vinieron los jefes de Judá a postrarse ante el rey; a éste, sobornado por sus regalos, le pareció bien lo que le propusieron. Entonces abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a los ídolos. Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén. El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no hicieron caso a sus amonestaciones.
Entonces el espíritu de Dios inspiró a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera: “Esto dice el Señor Dios: ¿Por qué quebrantan los preceptos de Dios? Van al fracaso. Han abandonado al Señor y él los abandonará a ustedes'”.
Pero el pueblo conspiró contra él y, por orden del rey, lo apedrearon en el atrio del templo. El rey Joás no tuvo en cuenta el bien que le había hecho Yehoyadá y mató a su hijo, Zacarías, quien exclamó al morir: “Que el Señor te juzgue y te pida cuentas”. Al cabo de un año, el ejército sirio se dirigió contra Joás y penetró en Judá y en Jerusalén; mataron a todos los jefes del pueblo y enviaron todo el botín al rey de Damasco. Aunque no era muy numeroso el ejército sirio, el Señor le dio la victoria sobre el enorme ejército de los judíos, porque el pueblo había abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así fue como se hizo justicia contra Joás. Al retirarse los sirios, lo dejaron gravemente herido y entonces sus cortesanos conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo asesinaron en su cama. Lo enterraron en la ciudad de David, pero no le dieron sepultura en las tumbas de los reyes. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34.
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.

“Un juramento hice a David, mi servidor, dice el Señor, una alianza pacté con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente’. R/.
Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice. Nunca se extinguirá su descendencia y su trono durará igual que el cielo. R/.
Pero, si sus hijos abandonan mi ley y no cumplen mis mandatos, si violan mis preceptos y no guardan mi alianza, castigaré con la vara sus pecados y con el látigo sus culpas, pero no les retiraré mi favor. R/.
No desmentiré mi fidelidad, no violaré mi alianza ni cambiaré mis promesas”. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Co 8, 9
R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R/.

EVANGELIO

No se preocupen por el día de mañana.

Del santo Evangelio según san Mateo: 6, 24-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con qué se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Miren las aves del cielo, que ni siembran, ni cosechan, ni guardan en graneros y, sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿Acaso no valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes, a fuerza de preocuparse, puede prolongar su vida siquiera un momento?
¿Y por qué se preocupan del vestido? Miren cómo crecen los lirios del campo, que no trabajan ni hilan. Pues bien, yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vestía como uno de ellos. Y si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy florece y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?
No se inquieten, pues, pensando: ¿Qué comeremos o qué beberemos o con qué nos vestiremos? Los que no conocen a Dios se desviven por todas estas cosas; pero el Padre celestial ya sabe que ustedes tienen necesidad de ellas. Por consiguiente, busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se les darán por añadidura. No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones. A cada día le bastan sus propios problemas”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, la Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Que nos socorra, Señor, el inmenso amor de tu Unigénito, para que, quien al nacer de la Virgen María no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Santa María Virgen, MR, pp. 531-535 (527-531).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 11. 27

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

*San Paulino de Nola, obispo (Blanco) MR, p. 768 (754)
El cónsul Paulino y su esposa, Teresa, eran dueños de grandes posesiones en Francia, España e Italia meridional. Cuando se convirtieron al cristianismo (393), renunciaron a sus bienes y se retiraron a Nola de Campania (en Italia), en donde Paulino fue elegido obispo (409). Fue obispo de Nola durante 22 años. El afirmaba: “A cambio de la esperanza de los bienes celestiales he renunciado a todos mis bienes de la tierra” (355-431).

Del Común de pastores: para un obispo, MR, p. 943 (935).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que quisiste que el obispo san Paulino de Nola resplandeciera por su amor a la pobreza y el celo pastoral, concédenos, propicio, que imitemos los ejemplos de caridad de aquel cuyos méritos celebramos.

Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

**Santos Juan Fisher, obispo y Tomás Moro, mártires (Rojo) MR, p. 768 (754)
Juan Fisher (1469-1535), obispo de Rochester, y Tomás Moro, canciller de Inglaterra. Fueron condenados a muerte por Enrique VIII por haberse rehusado a ratificar su divorcio y a reconocer la supremacía del rey sobre la Iglesia de Inglaterra. Ambos eran personas muy cultas y firmes cristianos. El obispo de Rochester era un valeroso controversista.

Del Común de mártires: para varios mártires, MR, p. 925 (917).

ORACIÓN COLECTA

Señor, tú que has querido que el martirio sea el supremo testimonio de la fe, concédenos, por la intercesión de tus santos Juan Fisher y Tomás Moro, confirmar con una vida santa la fe que profesamos con los labios.

Por nuestro Señor Jesucristo…

23

Domingo XII de) Tiempo Ordinario MR, p. 426 (422) / Lecc. II, p. 125 LH, Semana IV del Salterio

Otros santos: José Cafasso, presbítero; Tomás Gamet, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir. Beatas: María de Oignies, reclusa fundadora; María Rafaela Cimatti, religiosa de la Congregación de Hermanas Hospitalarias de la misericordia.

¿QUIÉN ES ÉSTE?
Job 38, l. 8-11; Sal 106; 2 Cor 5, 14-17; Mc 4, 35-41

El relato de Jesús calmando el mar de Galilea es el primer milagro en el Evangelio de Marcos. Empieza una sección en que abundan los milagros de todas clases, es decir, de 4, 35 a 8, 27. Tal milagro es categorizado como uno de control sobre la naturaleza. Semejantes milagros en el Antiguo Testamento, como la partición del Mar Rojo en Éx 14, 15-31, muestran el poder de Dios porque, como leemos en la primera lectura de hoy, es El quien dice al mar “hasta aquí llegarás y no más” (Job 38, 11). Sin embargo, el milagro no confirma la divinidad de Jesús, sino que suscita preguntas, como las de los discípulos en el Evangelio, “¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?” (4,41).

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9

El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

ORACIÓN COLECTA

Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Aquí se romperá la arrogancia de tus olas.

Del libro de Job: 38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tormenta y le dijo: “Yo le puse límites al mar, cuando salía impetuoso del seno materno; yo hice de la niebla sus mantillas y de las nubes sus pañales; yo le impuse límites con puertas y cerrojos y le dije: ‘Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas’ “.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31.
R/. Demos gracias al Señor por sus bondades.

Los que la mar surcaban con sus naves, por las aguas inmensas negociando, el poder del Señor y sus prodigios en medio del abismo contemplaron. R/.
Habló el Señor y un viento huracanado las olas encrespó; al cielo y al abismo eran lanzados, sobrecogidos de terror. R/.
Clamaron al Señor en tal apuro y él los libró de sus congojas. Cambió la tempestad en suave brisa y apaciguó las olas. R/.
Se alegraron al ver la mar tranquila y el Señor los llevó al puerto anhelado. Den gracias al Señor por los prodigios que su amor por el hombre ha realizado. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ya todo es nuevo.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 14-17

Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7. 16
R/. Aleluya, aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.

EVANGELIO

¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?

Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”. Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!”. Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?”. Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”. 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su ayuda salvífica:

Por el santo Padre, el Papa N., por nuestro obispo N., y por todos los sacerdotes y diácono s de Jesucristo, roguemos al Señor.
Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.
Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y fortalece la fe del pueblo cristiano, para que nunca se enorgullezca ante la prosperidad ni se desanime ante la adversidad, sino que en todo momento sepa reconocer y experimentar que tú estás cerca de nosotros y nos acompañas en el camino de la vida.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15

Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su tiempo.

O bien: Jn 10, 11. 15

Yo soy el buen pastor, y doy la vida por mis ovejas, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

Desde el siglo XVIII los cristianos han definido un milagro como una transgresión de las leyes de la naturaleza. Es una ocasión en que Dios entra en nuestra realidad desde el cielo para suspender dichas leyes: por ejemplo, la curación de un enfermo que no puede ser explicada por los médicos. Pero ¿por qué quisiera Dios violar las leyes sabias que El mismo ha perfectamente instituido? Además, tenemos que reconocer que Dios no entra en nuestra realidad desde fuera, sino que está siempre aquí con nosotros. Por eso, varios teólogos, junto con algunos físicos creyentes, han intentado pensar más profundamente la realidad de los milagros, evitando la tentación racionalista de reducirlos a fenómenos naturales y buscando respetar la acción divina entre nosotros.

24

Natividad de san Juan Bautista Solemnidad

Blanco MR, p. 769 (755) / Lecc. II, p. 1078

Otros santos: José Yuan de China, presbítero y mártir; Simplicio de Autum, obispo.

La Iglesia celebra gozosa el nacimiento de Juan el Bautista, cuya misión fue dar testimonio de la luz en el umbral de los tiempos nuevos. Jesús mismo destacó el incomparable papel del Bautista, cuando dijo: “Entre los hijos de las mujeres no hay ninguno que se pueda comparar con Juan el Bautista”.

Esta Misa se utiliza en la tarde del día 23 de junio, antes o después de las primeras vísperas de la solemnidad.

NACE EL PRECURSOR DEL MESÍAS
Is 49, 1-6 Sal 138; Hech 13, 22-26; Lc 1, 57-66. 80


Gracias a fuentes extra-bíblicas, como Las antigüedades judías del historiador Josefo (ca. 37-ca.100d. C.) y a estudios sociológicos modernos, sabemos sin duda que Juan Bautista fue un personaje históricamente importante. El hijo de un padre que pertenecía a familias del sacerdocio bajo (véase Lc 1, 5) y que fueron antipáticas a los poderosos sacerdotes que controlaban el Templo, Juan predicaba una visión profética y apocalíptica contra la impiedad y la injusticia social, insistiendo en la conversión y en la recepción del bautismo. Por eso, en el Evangelio de hoy, en nuestra segunda lectura, y en otros lugares, Lucas intenta aclarar el puesto de Juan en la historia de la salvación: no fue tan importante como lo era el Mesías; en cambio, era su precursor. En cierto sentido, somos como Juan: no somos mesías sino los sirvientes del Mesías.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 1, 15. 14

Será grande a los ojos del Señor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre, y muchos se alegrarán de su nacimiento.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Dios todopoderoso, que a tu familia santa le concedas avanzar segura por el camino de la salvación y que siguiendo las exhortaciones de san Juan, el Precursor, llegue segura al encuentro de quien él mismo anunció, Jesucristo, nuestro Señor.

Él, que vive y reina contigo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco.

Del libro del profeta Jeremías: 1, 4-10

En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: “Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré profeta para las naciones”.
Yo le contesté: “Pero, Señor mío, yo no sé expresarme, porque apenas soy un muchacho”.
El Señor me dijo: “No digas que eres un muchacho, pues irás a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande.
No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte”, palabra del Señor. El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó la boca y me dijo: “Desde hoy pongo mis palabras en tu boca y te doy autoridad sobre pueblos y reyes, para que arranques y derribes, para que destruyas y deshagas, para que edifiques y plantes”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17.
R/. Desde el seno de mi madre tú eres mi apoyo.

Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia ya todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.

SEGUNDA LECTURA

Los profetas investigaron profundamente la gracia destinada a ustedes.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 8-12

Hermanos: Ustedes no han visto a Cristo Jesús y, sin embargo, lo aman; al creer en él ahora, sin vedo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 1, 7; Lc 1,17
RJ. Aleluya, aleluya.

Él vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo. R/.

EVANGELIO

Tu mujer te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-17

Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al vedo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas
al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, la ofrenda que tu pueblo te presenta en la solemnidad de san Juan Bautista, y concédenos hacer realidad, mediante una vida entregada a tu servicio, lo que en este misterio celebramos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio propio, como en la Misa del día, MR, p. 771 (757).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 68

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan del cielo, Señor, concédenos que nos acompañe la poderosa intercesión de san Juan Bautista, y que el mismo que anunció al Cordero que habría de borrar nuestros pecados, ruegue a tu Hijo que nos acoja, complacido.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Natividad de san Juan Bautista Solemnidad MR, p. 770 (757) / Lecc. II, p. 1082 LH, propio de la Solemnidad

ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 1, 6-7; Lc 1, 17

Vino un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. El vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibido.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que suscitaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, concede ahora a tu Iglesia el don de la alegría espiritual, y guía a tus fieles por el camino de la salvación y de la paz.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te convertiré en luz de las naciones.

Del libro del profeta Isaías: 49, 1-6

Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”. Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15.
R/. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.

Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno. Te doy gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/.
Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.

SEGUNDA LECTURA

Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de penitencia.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26

En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: “Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un Salvador, Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 76
R/. Aleluya, aleluya.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. R/.

EVANGELIO

Juan es su nombre.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66. 80

Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”.
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

Al fiel testimonio del Bautista en favor de la mesianidad de Jesús correspondió el aval de Cristo sobre la grandeza sin igual de su precursor: Juan es “el más grande de los profetas”, y “el mayor entre todos los nacidos de mujer”. Él es un hombre sincero y honesto, que practica la denuncia del mal aunque en ello le vaya la vida. Él es un hombre humilde y sensato, que reconoce que su persona y su anuncio están en función de otro superior a él, del que él es simple testigo. Una sola frase condensa todo su mensaje: “Conviértanse, porque está cerca el Reino de Dios”. A la gente bien dispuesta el Bautista les propone dos actitudes básicas: amor y justicia.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Imploremos humildemente a Dios Padre, que ha manifestado su misericordia para con el mundo enviando a san Juan Bautista como precursor de Jesucristo, y pidámosle por todos los hombres.

Para que la Iglesia de Dios anuncie a Cristo con tal convicción y entusiasmo, que los hombres se conviertan y crean en él, roguemos al Señor.
Para que el pueblo de Israel, escuchando la voz de Juan y los profetas, llegue a reconocer a Cristo como su Mesías y Salvador de todos, roguemos al Señor.
Para que quienes viven esclavizados por el pecado encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión, roguemos al Señor.
Para que nosotros sigamos a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió, roguemos al Señor.

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo, y, puesto que pone su confianza en la intercesión de san Juan Bautista, concédele todo lo que con fe te ha pedido.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Presentamos, Señor, en tu altar estos dones, al celebrar con el debido honor el nacimiento de aquel que no sólo anunció al Salvador que habría de venir, sino, además, lo mostró ya presente.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO: La misión del Precursor.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque en la persona de su Precursor, Juan el Bautista, alabamos tu magnificencia, ya que lo consagraste con el más grande honor entre todos los nacidos de mujer.
Al que fuera, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo, y aun antes de nacer saltara de gozo ante la llegada de la salvación humana, le fue dado, sólo a él entre todos los profetas, presentar al Cordero que quita el pecado del mundo. Y en favor de quienes habrían de ser santificados, lavó en agua viva al mismo autor del bautismo, y mereció ofrecerle el supremo testimonio de su sangre.

Por eso, unidos a los ángeles, te alabamos continuamente en la tierra, proclamando tu grandeza sin cesar:

Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1. 78

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado el sol que nace de lo alto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por el banquete celestial del Cordero, te rogamos, Señor, que tu Iglesia, llena de alegría por el nacimiento de Juan el Bautista, reconozca en aquel que Juan anunció que habría de venir al autor de la salvación.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

25

Verde Feria, Misa por la paz y la justicia, A MR, p. 1141 (1133) / Lecc. II, p. 480

Otros santos: Guillermo de Vercelli, peregrino y abad; Domingo de Henares, presbítero de la Orden de Predicadores, obispo y mártir; Francisco Do Minh Chieu, catequista y mártir. Beata Dorotea de Montau, Patrona de Prusia, viuda reclusa.

EL PODER INMENSO CORROMPE INMENSAMENTE
2 Re 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36; Sal 47; Mt 7, 6. 12-14

Nadie puede negar que el Imperio de Asiria logró cosas asombrosas. Fue uno de los primeros imperios en la tierra; en su apogeo se extendió desde Egipto hasta el Golfo Pérsico y mantuvo su poder inmenso por al menos tres siglos. Sin embargo, tal poder tiene la capacidad de corromper a sus detentores. Vemos un ejemplo de esta verdad en la primera lectura. Embriagado por su dominio sobre “todos los países” (v. 11), el emperador asirio Senaquerib, además de lanzar amenazas contra la existencia de Judá, insulta a Dios mismo llamándolo mentiroso (v. 10). El resultado es la devastación del ejército asirio por un ángel del Señor y el asesinato del emperador mismo, lo cual se testifica, tanto en 2 Re 19, 3, como también en las crónicas babilónicas. ¡Cuidado con el poder!

ANTÍFONA DE ENTRADA 36, 18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que revelaste que han de ser llamados hijos tuyos quienes promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, que es la única que garantiza una paz firme y verdadera.

Por nuestro Señor Jesucristo…

O bien:

Señor Dios, que cuidas de todos con amor paterno, concede, benigno, que los hombres, a quienes diste un mismo origen, no sólo formen en la paz una sola familia, sino también vivan unidos con espíritu fraterno.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Protegeré esta ciudad y la salvaré, por ser yo quien soy y por David, mi siervo.

Del segundo libro de los Reyes: 19, 9-11. 14-21. 31-35. 36

En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros para decir a Ezequías: “Díganle esto a Ezequías, rey de Judá: ‘Que no te engañe tu Dios, en el que confías, pensando que no será entregada Jerusalén en manos del rey de Asiria. Sabes bien que los reyes de Asiria han exterminado a todos los países, ¿y crees que sólo tú te vas a librar de mí?’ “
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego se fue al templo, y desenrollando la carta delante del Señor, hizo esta oración: “Señor, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, tú eres el único Dios de todas las naciones del mundo, tú has hecho los cielos y la tierra. Acerca, Señor, tus oídos y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira. Oye las palabras con que Senaquerib te ha insultado a ti, Dios vivo. Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han exterminado a todas las naciones y han entregado sus dioses al fuego, porque ésos no son dioses, sino objetos de madera y de piedra, hechos por hombres, y por eso han sido aniquilados. Pero tú, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano para que sepan todas las naciones que sólo tú, Señor, eres Dios”.
Entonces el profeta Isaías, hijo de Amós, mandó decir a Ezequías: “Esto dice el Señor, Dios de Israel: ‘He escuchado tu oración’. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra Senaquerib, rey de Asiria: ‘Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; a tus espaldas se ríe de ti la ciudad de Jerusalén. De Jerusalén saldrá un pequeño grupo y del monte Sión unos sobrevivientes.
El celo del Señor de los ejércitos lo cumplirá’. Por eso, esto dice el Señor contra el rey de Asiria: ‘No entrará en esta ciudad. No lanzará sus flechas contra ella. No se le acercará con escudos ni levantará terraplenes frente a ella. Por el camino por donde vino se volverá. No entrará en esta ciudad’. Lo dice el Señor. ‘La protegeré y la salvaré por ser yo quien soy y por David, mi siervo’ “.
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió a ciento ochenta y cinco mil hombres en el campamento asirio. Por la mañana, al contemplar los cadáveres, Senaquerib, rey de Asiria, levantó su campamento y regresó a Nínive.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 47, 2-3ab. 3cd-4. 10-11.
R/. Recordamos, Señor, tu gran amor.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra. R/.
El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable. R/.
Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor, y tu alabanza, llenan el mundo entero. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.

EVANGELIO

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes.

Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 6. 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!” 

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de la salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirvan para estrechar la concordia entre todos tus hijos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9

Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

O bien: Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia entre todos la paz que él mismo nos dejó.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

26

Verde De Feria, Misa por los familiares y amigos o san José María Robles Hurtado, mártir mexicano* MR, p. 1152 (1144) / Lecc II p. 485

Otros santos: Antelmo de Belley, monje cartujo y obispo; Jose maría Escrivá de Balaguer, presbítero y fundador. Beatos: Andrés Jacinto Longhin, presbítero capuchino y obispo; Santiago de Ghazir, presbítero de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y fundador.

UNA HERRAMIENTA PARA VIVIR
2 Re 22, 8-13; 23, 1-3; Sal 119; Mt 7, 15-20

El Evangelio de Lucas (6, 43-45) incluye un párrafo que es muy parecido al que constituye nuestro Evangelio de hoy. Hay una única diferencia entre los dos. Mateo añade una frase sobre los falsos profetas (v. 15). ¿Por qué añadió esta frase? Los exégetas opinan que quiso aplicar el dicho del Señor sobre un árbol y sus frutos -es decir, sobre personas, sus palabras y hechos- a una situación en la comunidad para la cual escribió su Evangelio. Parece que era acosada por profetas o maestros que fomentaban la discordia y Mateo quiso escribir sobre esa situación. El evangelista, por lo tanto, nos está mostrando que también nosotros tenemos que aplicar los dichos de Jesús a nuestras situaciones. La Biblia no es un museo de escritos sino una herramienta para vivir la fe cristiana.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 121, 6. 8

Digan de todo corazón: Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman. Por mis hermanos y compañeros voy a decir: la paz contigo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que, por gracia del Espíritu Santo, infundiste en los corazones de tus fieles los dones de tu amor, concede a tus siervos, por quienes imploramos tu clemencia, la salud de cuerpo y alma, para que te amen con todas sus fuerzas y cumplan con amor lo que es de tu agrado.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El rey leyó delante de todo el pueblo el libro de la alianza, encontrado en el templo, y renovó la alianza en presencia del Señor.

Del segundo libro de los Reyes: 22, 8-13; 23, 1-3

Por aquel entonces, el sumo sacerdote Jilquías dijo a Safán, delegado del rey Josías: “He hallado en el templo el libro de la ley”. Jilquías entregó el libro a Safán, quien lo leyó. Luego, Safán fue a ver al rey y le rindió cuentas, diciendo: “Tus siervos han fundido el dinero del templo y se lo han entregado a los encargados de las obras”. Y añadió: “El sacerdote Jilquías me ha entregado un libro”. Y lo leyó en presencia del rey.
Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras y ordenó al sacerdote Jilquías; a Ajicam, hijo de Safán; a Akbor, hijo de Miqueas; al delegado Safán y a Asaías, ministro suyo: “Vayan a consultar lo que dice el Señor acerca de mí, del pueblo y de todo Judá en este libro que se ha encontrado, pues el Señor está enfurecido con nosotros, porque nuestros padres no escucharon las palabras de este libro y no cumplieron lo que en él está escrito”.
Cuando ellos trajeron la respuesta, el rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén y se dirigió hacia el templo, acompañado por los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande, y les leyó el libro de la alianza, hallado en el templo.
Después, de pie sobre el estrado y en presencia del Señor, renovó la alianza, comprometiéndose a seguir al Señor y a cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y toda el alma, y a poner en vigor las palabras de esta alianza, escritas en el libro. Y todo el pueblo renovó también la alianza.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 118, 33. 34. 35. 36. 37. 40.
R/. Muéstranos, Señor, el camino de tus leyes.

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.
Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no a la avaricia. R/.
Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra. Mira cómo anhelo tus decretos: dame vida con tu justicia. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4. 5
R/. Aleluya, aleluya.

Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante. R/.

EVANGELIO

Por sus frutos los conocerán.

Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Apiádate, Señor, de tus siervos, por quienes ofrecemos este sacrificio de alabanza a tu majestad, para que, por efecto de estos santos misterios, obtengan la gracia de tu bendición celestial y alcancen la gloria de la felicidad eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 12, 50

Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir este divino sacramento, te rogamos, Señor, que a tus siervos, a quienes les concediste que nos amen, les des el perdón de sus pecados, tu consuelo en la vida y tu constante protección, para que, sirviéndote todos con un mismo corazón, podamos gozar juntos de la visión de tu rostro.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

*San José María Robles Hurtado, mártir mexicano MR, p. 885 (924)
Nació el 3 de mayo de 1888 en Mascota, Jal. (Diócesis de Tepic). A los 12 años ingresó al seminario de Guadalajara. Se distinguió por su inteligencia, responsabilidad en los estudios y dedicación a la catequesis. Cuando aún era seminarista fue invitado por el obispo de Tehuantepec a trabajar en su diócesis. Fue ordenado sacerdote en Guadalajara en 1913. donde desempeñó su ministerio en diversas parroquias. Párroco de Tecolotlán, Jal. y fundador en 1918 de la Congregación religiosa Hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado. Ferviente
apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, escribió pequeñas obras para propagarla… Con motivo de la persecución tuvo que ocultarse. En junio de 1927 se disponía a celebrar una Eucaristía, en la casa particular donde se escondía, cuando llegaron los soldados y lo tomaron preso. En la sierra de Quila, Jal. (Diócesis de Autlán), fue colgado de un roble el 26 de junio de 1927. Sus restos se encuentran en el noviciado de las hermanas del Corazón de Jesús Sacramentado. Poco antes de ser ejecutado, escribió en una poesía sus últimos anhelos. Quiero amar tu Corazón, Jesús mío, con delirio; quiero amarle con pasión, quiero amarle hasta el martirio. Con el alma te bendigo, mi Sagrado Corazón; Dime: ¿Se llega al instante de feliz y eterna unión? (Vativan.va)

ANTÍFONA DE ENTRADA

Éste es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san José María Robles Hurtado luchar por la justicia hasta la muerte, haz que, por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida.

Por nuestro Señor Jesucristo…

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos, Señor, estas ofrendas al conmemorar a tu santo mártir José María Robles Hurtado, a quien ninguna tentación pudo separar de la unidad del cuerpo de Cristo.

Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése dará fruto abundante.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san José María Robles Hurtado, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

27

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (En la República Mexicana)

Verde / Blanco Feria o Memoria de san Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia* MR, pp. 772 (759). 913 (905) / Lecc. II, p. 490

Otros santos: Margarita Bays, laica. Beatos: Luisa Teresa Montaignac de Chauvance, fundadora; Bienvenido de Gubbio, religioso de la Orden de los Hermanos Menores.

La imagen, de origen oriental, de esa advocación de la santísima Virgen se venera en Roma y se remonta a los siglos XII o XIV. Pío IX confió a los padres redentoristas la misión de difundir esta devoción, actualmente extendida por la mayoría de las Iglesias de Occidente, La santísima Virgen siempre está dispuesta a socorrernos. En occidente es conocida como la Santísima Virgen de la Pasión.

DIOS NO SÓLO SE ENOJA
2 Re 24, 8-17; Sal 78; Mt 7, 21-29

¿Qué es lo que hace Dios en el cielo durante todo el día? Según el autor del segundo libro de reyes, que pertenecía a la escuela deuteronomista, Dios sacude su cabeza, se enoja por la insensatez de los seres humanos y les envía catástrofes para hacerlos volver al camino sensato. Es lo que implica nuestra primera lectura y los versículos subsiguientes. En todos ellos hay un rey que no aprende nada del pasado, sino que hace “lo malo a los ojos del Señor, según todo lo que había hecho su padre” (v. 9). Consecuentemente, Dios envía calamidades: una guerra, el despojo y el exilio. El deuteronomista quiere explicar a los exiliados en Babilonia la causa de sus males, pero también la manera de salir de ellos, es decir, la fidelidad a Dios. Es que Dios no sólo se enoja sino también perdona.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Te aclamamos, santa madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro Jesucristo, que en tu santísima Madre, la Virgen María, has querido darnos una madre dispuesta siempre a socorrernos, concédenos, por su intercesión maternal, experimentar en nosotros los frutos de tu redención.

Tú que vives y reinas…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El rey de Babilonia se llevó cautivos a Joaquín y a todos los hombres poderosos.

Del segundo libro de los Reyes: 24, 8-17

Joaquín tenía dieciocho años cuando subió al trono, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, de Jerusalén. Joaquín, igual que su padre, hizo lo que el Señor reprueba.
En aquel tiempo, subió contra Jerusalén el ejército de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y sitió la ciudad. Nabucodonosor llegó a la ciudad mientras sus hombres la sitiaban. Entonces Joaquín, rey de Judá, junto con su madre, sus servidores, sus jefes y sus funcionarios, se rindieron al rey de Babilonia y éste los hizo prisioneros. Era el octavo año del reinado de Nabucodonosor.
Nabucodonosor se llevó de Jerusalén todos los tesoros del templo del Señor y los del palacio real. Destrozó todos los objetos de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo, conforme a las órdenes del Señor. Nabucodonosor se llevó al cautiverio a toda Jerusalén, a todos los jefes y hombres de importancia, con todos los carpinteros y herreros, en número de diez mil, y sólo dejó a la gente pobre de la región. También llevó cautivos a Babilonia al rey Joaquín, con su madre, sus mujeres, los funcionarios de palacio y toda la gente valiosa, todos los soldados, en número de siete mil, los carpinteros y herreros, en número de mil; y todos los hombres aptos para la guerra fueron deportados a Babilonia.
Y en lugar de Joaquín, Nabucodonosor nombró rey a un tío de Joaquín, Matanías, a quien le puso el nombre de Sedecías.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 78, 1-2. 3-5. 8. 9.
R/. Socórrenos, Dios, salvador nuestro.

Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, han profanado tu santo templo y han convertido a Jerusalén en ruinas. R/.
Han echado los cadáveres de tus siervos a las aves de rapiña, y la carne de tus fieles, a los animales feroces. R/.
Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado y va a arder como fuego tu ira? R/.
No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos. R/.
Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.

El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.

EVANGELIO

La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.

Del santo Evangelio según san Mateo: 7, 21-29

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos me dirán: ‘¡Señor, Señor!, ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros?’ Entonces yo les diré en su cara: ‘Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal’.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente”.
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, junto con las ofrendas que te presentamos, para que, por la intercesión de santa María, la Madre de tu Hijo, ningún buen propósito quede sin realizarse y ninguna de nuestras súplicas quede sin respuesta.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Santa María Virgen (en las Misas votivas: en la conmemoración), MR, pp. 531-535 (527-531).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc, 11-27

Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del eterno Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del misterio de nuestra redención.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

*San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 773 (760)
San Cirilo, obispo de Alejandría (370-444), está íntimamente ligado con el Concilio de Éfeso, durante el cual fue condenado Nestorio, que le negaba a la Virgen María el título de Madre de Dios (431). Cirilo no era una persona especialmente amable, pero la posteridad lo ha aclamado como “el invencible defensor” y el cantor lírico de la maternidad de la Virgen María.

Del Común de pastores: para un obispo, MR, pp. 943 (935), o del Común de doctores de la Iglesia, MR, pp. 956 (948).

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que hiciste del obispo san Cirilo de Alejandría un invencible defensor de la maternidad divina de la santísima Virgen María, concede, a quienes la reconocemos como verdadera Madre de Dios, ser salvados por la encarnación de Jesucristo, tu Hijo.

Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

28

Rojo Memoria de san Ireneo, obispo y doctor de la Iglesia MR, p. 773 (761) / Lecc. II, p. 494

Otros santos: Vicenta Gerosa, virgen fundadora. Beatos: María Pía Mastena, virgen fundadora; Severiano Baranyk y Joaquín Senkivskyj, sacerdotes de la Orden Basiliana de San Josafat y mártires.

Nació en Esmirna y fue designado obispo de Lyon al morir Patino (177). Como un auténtico pastor, se dedicó a difundir el Evangelio entre los poblados de Galia y a defender la integridad del depósito de la fe. En los escritos de Ireneo se descubre una profunda comprensión de los planes divinos, de la vocación de los hombres y del misterio de la Iglesia.

NO A LA MARGINACIÓN SOCIAL
2 Re 25, 1-12; Sal l36; Mt 8, 1-4

El episodio de la curación de un leproso en el Evangelio de hoy da paso a una serie de curaciones milagrosas que Jesús hace a personas marginadas por la sociedad judía antigua: el leproso de hoy, un gentil (vv. 5-13) y una mujer (vv. 14-15). Aquí, Jesús no sólo cura al marginado sino que destruye la barrera física que ha simbolizado y reforzado la marginación: Él extiende su mano y toca al leproso (v. 3). Al mismo tiempo, exclama sin vacilar por un momento: “¡Quiero!” (v. 3). No hay duda de que Jesús está manifestando su rechazo a todas las formas de exclusión en nuestras sociedades. ¿Hemos aprendido bien esta lección? ¿Hemos extendido nuestras manos a los que nuestra sociedad desprecia? ¿Hemos trabajado sin vacilación para demoler las estructuras sociales que permiten la marginación?

ANTÍFONA DE ENTRADA Mal 2, 6

En su boca había una enseñanza verdadera y en sus labios no se halló maldad; me fue enteramente fiel y apartó a muchos del mal.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que concediste al obispo san Ireneo consolidar felizmente la doctrina verdadera y la paz en la Iglesia, concédenos, por su intercesión, que renovados en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El pueblo de Judá es deportado de su tierra.

Del segundo libro de los Reyes: 25, 1-12


El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedecías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, la sitió y construyó torres de asalto alrededor de ella. La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedecías.
El día nueve del cuarto mes, cuando el hambre había arreciado en la ciudad y la población no tenía ya nada que comer, abrieron una brecha en la muralla de la ciudad. El rey Sedecías y sus hombres huyeron de noche por el camino de la puerta que está entre los dos muros del jardín del rey, y ocultándose de los caldeas, que tenían cercada la ciudad, escaparon en dirección al desierto.
El ejército caldeo persiguió al rey y le dio alcance en los llanos de Jericó, donde su ejército se dispersó y lo abandonó. Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron a Riblá, donde estaba Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien lo sometió a juicio. Nabucodonosor hizo degollar a los hijos de Sedecías en su presencia, mandó que le sacaran los ojos y lo condujo encadenado a Babilonia.
El día séptimo del quinto mes del año décimo noveno del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, Nebuzaradán, jefe del ejército caldeo y súbdito del rey de Babilonia, entró en Jerusalén, quemó el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Los soldados caldeos, que estaban con el jefe del ejército, destruyeron las murallas que rodeaban la ciudad. Nebuzaradán deportó al resto de la población y también a los que se habían rendido al rey de Babilonia, y sólo dejó a algunos campesinos pobres para trabajar las viñas y los campos.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 136, 1-2. 3. 4-5. 6.
R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.

Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas.. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”. R/.
Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 8, 17
R/. Aleluya, aleluya.

Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R/.

EVANGELIO

Señor, si quieres, puedes curarme.

Del santo Evangelio según san Mateo: 8, 1-4

En aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: “Sí quiero, queda curado”.
Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: “No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te glorifique, Señor, el sacrificio que alegres te ofrecemos en la festividad de san Ireneo, y que nos obtenga amar la verdad, para que conversemos íntegra la fe de la Iglesia y afiancemos su unidad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 4-5

Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, da fruto abundante.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, en tu bondad, nos hagas crecer en la fe por la que gloriosamente murió san Ireneo, y que esa misma fe nos justifique también a nosotros, que con sinceridad la profesamos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

29

Santos Pedro y Pablo, Apóstoles Solemnidad

Rojo MR, p. 775 (762) / Lecc. II, pp. 1085

Otros santos: Pablo Wu Juan, Juan Bautista Wu Mantang y Pablo Wu Wanshu, laicos mártires chinos; María Du Tianshi y Magdalena Du Fengju, mártires. Beato Raimundo Lulio, religioso de la Tercera Orden Regular de San Francisco y mártir.

Pedro y Pablo poseen temperamentos diferentes y líneas también muy distintas. La forma como ambos encontraron al Señor ha marcado su apostolado. Pero ambos coinciden en la profundidad de su fe y en su amor fervoroso a Cristo. Pedro dice al Señor; “Señor, tú bien sabes que te amo”. Pablo, por su parte: “Para mí. el vivir es Cristo”. Ambos derramaron su sangre en Roma en estas fechas: Pedro, el año 64; Pablo, el 67.

Esta Misa se utiliza en la tarde del día 28 de junio, antes y después de las primeras vísperas de la Solemnidad.

PERSONAS HUMANAS CON MISIONES DIVINAS
Hech 3, 1-10; Sal 18; Gal 1. 11-20; Jn 21, 15-19

Los caracteres y misiones de los Apóstoles Pedro y Pablo resplandecen en nuestras lecturas. Pedro se muestra entrañablemente débil en el Evangelio cuando parece herido, al ser cuestionado tres veces acerca de su amor por Jesús (una repetición frecuentemente interpretada como la rehabilitación del Apóstol por su triple negación de Jesús en Jn 18, 15-27); pero se recupera al ser objeto de la misión de apacentar las ovejas en lugar de Cristo. Pablo se muestra algo polémico en sus comentarios biográficos en la segunda lectura (que son una fuente imprescindible para nuestro conocimiento de su vida), pero también se revela suficientemente manso para poder recibir la revelación que cambió su vida y para ser constituido Apóstol de los gentiles. Los dos nos enseñan que la fe cristiana, que ellos predicaron con sus vidas y muertes es inextricablemente humana y divina.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Pedro, el Apóstol, y Pablo, el maestro de las naciones, nos han enseñado tu Evangelio, Señor.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor Dios nuestro, que nos ayude la intercesión de los santos apóstoles Pedro y Pablo, por quienes diste a tu Iglesia las primeras enseñanzas de la misión recibida de lo alto, para que también por ellos nos des el auxilio de la salvación eterna.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesús, camina.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3, 1-10

En aquel tiempo, Pedro y Juan subieron al templo para la oración vespertina, a eso de las tres de la tarde. Había allí un hombre lisiado de nacimiento, a quien diariamente llevaban y ponían ante la puerta llamada la “Hermosa”, para que pidiera limosna a los que entraban en el templo.
Aquel hombre, al ver a Pedro y a Juan cuando iban a entrar, les pidió limosna. Pedro y Juan fijaron en él los ojos y Pedro le dijo: “Míranos”. El hombre se quedó mirándolos en espera de que le dieran algo. Entonces Pedro le dijo: “No tengo ni oro ni plata, pero te voy a dar lo que tengo: En el nombre de Jesucristo nazareno, levántate y camina”. Y, tomándolo de la mano, lo incorporó.
Al instante sus pies y sus tobillos adquirieron firmeza. De un salto se puso de pie, empezó a andar y entró con ellos al templo caminando, saltando y alabando a Dios.
Todo el pueblo lo vio caminar y alabar a Dios, y al darse cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado junto a la puerta “Hermosa” del templo, quedaron llenos de miedo y no salían de su asombro por lo que había sucedido.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 18, 2-3. 4-5.
R/. El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche. R/.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo. R/.

SEGUNDA LECTURA

Dios me eligió desde el seno de mi madre.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 11-20

Hermanos: Les hago saber que el Evangelio que he predicado, no proviene de los hombres, pues no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Ciertamente ustedes han oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuando yo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios, tratando de destruirla; deben saber que me distinguía en el judaísmo, entre los jóvenes de mi pueblo y de mi edad, porque los superaba en el celo por las tradiciones paternas.
Pero Dios me había elegido desde el seno de mi madre, y por su gracia me llamó. Un día quiso revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos. Inmediatamente, sin solicitar ningún consejo humano y sin ir siquiera a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, me trasladé a Arabia y después regresé a Damasco. Al cabo de tres años fui a Jerusalén, para ver a Pedro y estuve con él quince días. No vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el pariente del Señor.
Y Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 21, 17
R/. Aleluya, aleluya.

Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero. R/.

EVANGELIO

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan: 21, 15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.
Por segunda vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”.
Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: “Sígueme”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, al celebrar con alegría la solemnidad de tus santos apóstoles Pedro y Pablo, traemos a tu altar nuestras ofrendas y te suplicamos que la grandeza de tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros méritos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio propio, como en la Misa del día, p. 184.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr: Jn 21, 15. 17

Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Señor, que fortalezcas con estos celestiales sacramentos a tus fieles, que has iluminado con la enseñanza de los santos Apóstoles.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, MR, pp. 615-616 (609-610).

MR, p. 776 (764) / Lecc. II, pp. 1088
LA AGONÍA Y El ÉXTASIS

Hechos 12, 1-11; Sal 34; 2 Tim 4, 6-8. 17-18; Mt 16, 13-19

La existencia cristiana está llena de alegría y de contento. No obstante, la presencia del mal en el mundo hace que la resistencia y el sufrimiento inevitablemente la marquen. Nuestro Evangelio, por ejemplo, ha sido considerado uno de los textos principales para el establecimiento de un ministerio papal necesario para la unidad de la Iglesia; pero también se refiere a “los poderes del abismo” (v. 18) que afligirían a los que desempeñan tal ministerio. En la segunda lectura, el autor de la segunda carta a Timoteo, quien la ha diseñado como el testamento final de Pablo, hace que el Apóstol escriba con un sentido inequívoco de contento acerca de los combates que ha sufrido y que han sido tan fuertes que está a punto de ser derramado como una libación en torno al sacrificio de los fieles (véase Fi12, 17).

ANTÍFONA DE ENTRADA

Éstos son los que, viviendo en nuestra carne, con su sangre fecundaron a la Iglesia, bebieron del cáliz del Señor, y fueron hechos amigos suyos.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, tú que nos llenas de una venerable y santa alegría en la solemnidad de tus santos apóstoles Pedro y Pablo, concede a tu Iglesia que se mantenga siempre fiel a todas las enseñanzas de aquellos por quienes comenzó la propagación de la fe.

Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ahora si estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para librarme de las manos de Herodes.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes mandó apresar a algunos miembros de la Iglesia para maltratados. Mandó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a los judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió durante los días de la fiesta de los panes Ázimos. Después de apresarlo, lo hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión. De pronto apareció el ángel del Señor y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: “Levántate pronto”.
Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron. El ángel le dijo: “Cíñete la túnica y ponte las sandalias”, y Pedro obedeció. Después le dijo: “Ponte el manto y sígueme”. Pedro salió detrás de él, sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía, y le parecía más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo puesto de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle. La puerta se abrió sola delante de ellos.
Salieron y caminaron hasta la esquina de la calle y de pronto el ángel desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: “Ahora sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba que me hicieran”.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9.
R/. El Señor me libró de todos mis temores.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.

SEGUNDA LECTURA

Ahora sólo espero la corona recibida.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8. 17-18

Querido hermano: Ha llegado para mí la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león.
El Señor me seguirá librando que todos los peligros y me llevará sano y salvo a su Reino celestial.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18
R/. Aleluya, aleluya.

Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.

Del santo Evangelio según san Mateo: 16, 13-19

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.
Luego les preguntó: “Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Haz, Señor, que la oración de tus santos Apóstoles acompañe la ofrenda que te presentamos, y nos permita celebrar con devoción este santo sacrificio.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO: La doble misión de san Pedro y san Pablo en la Iglesia.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque en los apóstoles Pedro y Pablo has querido darnos un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro que la anunció con claridad; Pedro consolidó la primitiva Iglesia con el resto de Israel; Pablo la extendió entre los paganos llamados a la fe.
De esta forma, Señor, por caminos diversos, congregaron a la única familia de Cristo; y coronados por el martirio, son igualmente venerados por tu pueblo.

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo…

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 16. 18

Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por este sacramento, Señor, concédenos vivir de tal manera en tu Iglesia que, perseverando en la fracción del pan y en la enseñanza de los Apóstoles, tengamos un solo corazón y un mismo espíritu, fortalecidos por tu amor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Pueden utilizarse las fórmulas de bendición solemne, p. 615 (610).

30

Los Primeros santos mártires de la Iglesia Romana.

Domingo XIII del Tiempo Ordinario MR, p. 427 (423) / Lecc. II, p.128 LH, Semana I del Salterio

Otros santos: Raimundo Li Quanzhen y Pedro Li Quanhui, laicos mártires. Beatos: Basilio Velychkosky, obispo de la Iglesia Greco católica de Ucrania y mártir; Zenón Kovalyk, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor y mártir.

CRISTO ES EL DUEÑO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Sab 1, 13-16; 2, 23-24: Sal 29; 2 Cor 8, 7-9. 13-15; Mc 5, 21-43

Hasta la liturgia de hoy, hemos visto en el Evangelio de Marcos que Jesús cura a los enfermos y expulsa a los demonios de personas afligidas por ellos. En el párrafo de hoy, da un paso adelante. No sólo cura a una persona sino que restaura a una muerta a la vida. A decir verdad, porque Jesús comenta que ella “está dormida” (v. 39), no está completamente claro si la hija del jefe de la sinagoga está muerta o gravemente enferma. Pero los otros sinópticos (Mt 9, 18 y Lc 8, 42) indican que ya ha muerto. En todo caso, Jesús triunfa sobre la muerte. Es que, como comenta nuestra primera lectura, “Dios no hizo la muerte” (Sab 1, 14) y por lo tanto quiere eliminada de su creación. Jesús se revela como dueño de la vida y de la muerte.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2

Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Se dice Gloria.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo.

Del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera.
Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 29, 2. 4. 5-6. 11-12a. 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.

SEGUNDA LECTURA

Que la abundancia de ustedes remedie la necesidad de sus hermanos pobres.

De la carta del apóstol san Pablo a los corintios 8, 7. 9. 13-15

Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.
No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades.
En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. 2 Tm 1, 1
R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.

EVANGELIO

¡Óyeme, niña, levántate!

Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de Él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?” Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: `¿Quién me ha tocado?’ ” Pero Él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de Él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda:

Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.

Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.

Dios nuestro, que en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecemos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la cruz.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1

Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.

O bien: Jn 17, 20-21

Padre, te ruego por ellos, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

¿De dónde viene la muerte? ¿Cuál es su origen? Frecuentemente la respuesta es que la muerte es el precio que la raza humana tiene que pagar por el pecado. Sin embargo, el relato bíblico que, de acuerdo con la tradición, narra los castigos que la humanidad sufre por el pecado (Gén 3, 13-24) no menciona la muerte como uno de ellos. Sólo leemos que Dios dice al hombre que “eres polvo y al polvo volverás” (v. 19), una alusión a la muerte biológica como algo inevitable. Para algunos pensadores, el castigo mencionado por Génesis y otros libros bíblicos, como nuestra primera lectura de hoy, es la muerte espiritual, a saber, la separación del ser humano de Dios. Es esta muerte espiritual que nos hace tener miedo de la muerte biológica y de nuestro encuentro después de esta existencia con Dios.

31

Los Primeros santos mártires de la Iglesia Romana.

Domingo XIII del Tiempo Ordinario MR, p. 427 (423) / Lecc. II, p.128 LH, Semana I del Salterio

Otros santos: Raimundo Li Quanzhen y Pedro Li Quanhui, laicos mártires. Beatos: Basilio Velychkosky, obispo de la Iglesia Greco católica de Ucrania y mártir; Zenón Kovalyk, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor y mártir.

CRISTO ES EL DUEÑO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Sab 1, 13-16; 2, 23-24: Sal 29; 2 Cor 8, 7-9. 13-15; Mc 5, 21-43

Hasta la liturgia de hoy, hemos visto en el Evangelio de Marcos que Jesús cura a los enfermos y expulsa a los demonios de personas afligidas por ellos. En el párrafo de hoy, da un paso adelante. No sólo cura a una persona sino que restaura a una muerta a la vida. A decir verdad, porque Jesús comenta que ella “está dormida” (v. 39), no está completamente claro si la hija del jefe de la sinagoga está muerta o gravemente enferma. Pero los otros sinópticos (Mt 9, 18 y Lc 8, 42) indican que ya ha muerto. En todo caso, Jesús triunfa sobre la muerte. Es que, como comenta nuestra primera lectura, “Dios no hizo la muerte” (Sab 1, 14) y por lo tanto quiere eliminada de su creación. Jesús se revela como dueño de la vida y de la muerte.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2

Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad.

Por nuestro Señor Jesucristo…

Se dice Gloria.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo.

Del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera.
Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen. 

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 29, 2. 4. 5-6. 11-12a. 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.

SEGUNDA LECTURA

Que la abundancia de ustedes remedie la necesidad de sus hermanos pobres.

De la carta del apóstol san Pablo a los corintios 8, 7. 9. 13-15

Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.
No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades.
En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. 2 Tm 1, 1
R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.

EVANGELIO

¡Óyeme, niña, levántate!

Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de Él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?” Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: `¿Quién me ha tocado?’ ” Pero Él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de Él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda:

Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.

Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.

Dios nuestro, que en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecemos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la cruz.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1

Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.

O bien: Jn 17, 20-21

Padre, te ruego por ellos, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

¿De dónde viene la muerte? ¿Cuál es su origen? Frecuentemente la respuesta es que la muerte es el precio que la raza humana tiene que pagar por el pecado. Sin embargo, el relato bíblico que, de acuerdo con la tradición, narra los castigos que la humanidad sufre por el pecado (Gén 3, 13-24) no menciona la muerte como uno de ellos. Sólo leemos que Dios dice al hombre que “eres polvo y al polvo volverás” (v. 19), una alusión a la muerte biológica como algo inevitable. Para algunos pensadores, el castigo mencionado por Génesis y otros libros bíblicos, como nuestra primera lectura de hoy, es la muerte espiritual, a saber, la separación del ser humano de Dios. Es esta muerte espiritual que nos hace tener miedo de la muerte biológica y de nuestro encuentro después de esta existencia con Dios.